“Santo Padre, qué gusto verlo”, le dijo Alberto Fernández apenas vio al papa Francisco en el Vatino hoy antes de las 6:30 de la mañana (hora de Argentina). A su frase, el anfitrión le respondió con un: “Bienvenido”.
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“Santo Padre, qué gusto verlo”, le dijo Alberto Fernández apenas vio al papa Francisco en el Vatino hoy antes de las 6:30 de la mañana (hora de Argentina). A su frase, el anfitrión le respondió con un: “Bienvenido”.
Luego de ingresar a la Biblioteca del Palacio Apostólico, Alberto Fernández pasó a convertirse en el tercer jefe de Estado en reunirse con el papa Francisco desde su asunción como máxima autoridad de la Iglesia en 2003.
Cabe recordar que Fernández y Francisco se habían tenido un encuentro. Fue exactamente en 2018 en la residencia papal de Casa Santa Marta. Por ese entonces, ni siquiera era candidato presidencial.
Francisco también se había reunido dos veces con Mauricio Macri en el Vaticano (en 2016). Lo mismo ocurrió con Cristina Kirchner, aunque en siete oportunidades (no todas fueron en el mismo sitio, hubo encuentros en Brasil, Paraguay y Cuba).
“Lo que busco es que ellos conozcan de primera mano lo que le pasa en la Argentina, que comprendan lo que le pasa a la Argentina y que acompañen -en lo posible- la salida que la Argentina propone”, expresó Alberto Fernández en diálogo con Infobae.
En ese sentido, añadió: “Es muy importante la visita al Papa, porque con el Papa, lamentablemente en la Argentina, hay una disputa para ver de quién es el Papa. Y el Papa no es de nadie. Es un líder moral como pocos existen en el mundo. Y desde ese liderazgo moral hace planteos sobre temas vinculados a la pobreza y a la actualidad económica que particularmente comparto y que me encanta trabajar mas cerca del Papa”.
En otro pasaje de la charla con Infobae, consideró: “El Papa ni es de los peronistas ni de los no peronistas. El Papa es una figura moral, enorme en el mundo, y los argentinos tenemos que acostumbrarnos a terminar con esta discusión de apropiarnos del Papa. Es una figura que está mucho más allá de nosotros y hay que cuidarlo en su autoridad, y hay que cuidar lo que realmente representa: es el Pastor más importante de la Iglesia. No tenemos que someterlo a las disputas internas”.