¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

10°
18 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Cristina rompe su techo y crece con la ayuda de Macri

Domingo, 12 de mayo de 2019 01:04

Apuntalada en el derrumbe económico de Mauricio Macri y en la incapacidad opositora por generar una tercera opción competitiva, Cristina Kirchner logró tres cosas absolutamente impensadas hace pocos meses: ampliar su base de sustentación política, romper su rígido techo del treinta por ciento en intención de voto y liderar todas las encuestas de cara a las primarias del 11 de agosto. 
Pese a estar en silencio durante buena parte de este tiempo, Cristina sumó a su proyecto presidencial a dirigentes que hasta hace poco la criticaban duro como Hugo Moyano, “Pino” Solanas, Alberto Fernández, Victoria Donda, Adolfo Pérez Esquivel, Pablo Micheli, Sergio Palazzo y Felipe Solá, quien suena fuerte -junto a Alberto Fernández- como su posible candidato a la vicepresidencia. Paradojas de la política: todos ellos fueron opositores acérrimos durante los últimos años del kirchnerismo, pero la falta de un proyecto de poder que los contenga terminó colocándolos como promotores de la vuelta de Cristina. 
El kirchnerismo se caracterizó en el segundo mandato de la expresidenta por ser una organización particularmente cerrada sólo a La Cámpora y a grupos ultraoficialistas. El espanto a Macri y el crecimiento de Cristina en las encuestas parecen haber abierto bastante las fronteras de Unidad Ciudadana. La limitación que aún sigue teniendo la expresidenta es su elevada imagen negativa, que acumula cerca del cincuenta y tres por ciento y que podría condicionarla fuertemente en caso de llegar al Gobierno. Cristina tiene más fácil su eventual llegada a la Casa Rosada que su hipotética tercera gestión al frente del país, que estaría marcada por una fuerte continuidad de la polarización y también por un endeudamiento abultadísimo heredado por Macri. 
No hay dudas de que Cristina se transformó en un suceso único en la política argentina: tanto sus causas por corrupción como las dificultades económicas de su gobierno parecen haber quedado en un segundo plano ante la catástrofe social que atraviesa la sociedad. La exjefa de Estado tuvo un aliado inexpugnable en la construcción de su candidatura para este año que fue Mauricio Macri, quien la potenció intensamente poniéndola en las antípodas de su gestión, groseramente debilitada por la falta de resultados y por el incumplimiento de las promesas electorales. De hecho, el Gobierno volvió a colocar a Cristina en un lugar estelar con la convocatoria al diálogo político, ya que Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey debieron salir a aclarar que ningún consenso puede darse sin la presencia de la exmandataria. “Macri buscó unificar al peronismo no kirchnerista detrás de sus diez puntos, pero no podemos quedar como que avalamos estas políticas y regalarle a Cristina todo el protagonismo opositor”, señaló ayer a El Tribuno en off the récord un integrante de Alternativa Federal, movimiento que quedó partido en dos con el llamado de Macri: Urtubey y Pichetto más cerca del Gobierno, Roberto Lavagna y Sergio Massa más lejos. Clin caja para la expresidenta. Cristina no modificó en nada su forma de hacer política ni su manera de comunicarse con los votantes, marcada por la ironía, la falta de autocrítica y la exacerbación de la grieta en línea con el Gobierno. ¿Por qué motivo quienes la repudiaban podrían hoy acompañarla? Muy simple, porque la expresidenta es la única que puede ganarle a Macri en este contexto del país. Es curioso, pero el mismo argumento que llevó al exjefe de Gobierno porteño al sillón de Rivadavia ahora sería el que podría darle la victoria a su peor enemiga.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Apuntalada en el derrumbe económico de Mauricio Macri y en la incapacidad opositora por generar una tercera opción competitiva, Cristina Kirchner logró tres cosas absolutamente impensadas hace pocos meses: ampliar su base de sustentación política, romper su rígido techo del treinta por ciento en intención de voto y liderar todas las encuestas de cara a las primarias del 11 de agosto. 
Pese a estar en silencio durante buena parte de este tiempo, Cristina sumó a su proyecto presidencial a dirigentes que hasta hace poco la criticaban duro como Hugo Moyano, “Pino” Solanas, Alberto Fernández, Victoria Donda, Adolfo Pérez Esquivel, Pablo Micheli, Sergio Palazzo y Felipe Solá, quien suena fuerte -junto a Alberto Fernández- como su posible candidato a la vicepresidencia. Paradojas de la política: todos ellos fueron opositores acérrimos durante los últimos años del kirchnerismo, pero la falta de un proyecto de poder que los contenga terminó colocándolos como promotores de la vuelta de Cristina. 
El kirchnerismo se caracterizó en el segundo mandato de la expresidenta por ser una organización particularmente cerrada sólo a La Cámpora y a grupos ultraoficialistas. El espanto a Macri y el crecimiento de Cristina en las encuestas parecen haber abierto bastante las fronteras de Unidad Ciudadana. La limitación que aún sigue teniendo la expresidenta es su elevada imagen negativa, que acumula cerca del cincuenta y tres por ciento y que podría condicionarla fuertemente en caso de llegar al Gobierno. Cristina tiene más fácil su eventual llegada a la Casa Rosada que su hipotética tercera gestión al frente del país, que estaría marcada por una fuerte continuidad de la polarización y también por un endeudamiento abultadísimo heredado por Macri. 
No hay dudas de que Cristina se transformó en un suceso único en la política argentina: tanto sus causas por corrupción como las dificultades económicas de su gobierno parecen haber quedado en un segundo plano ante la catástrofe social que atraviesa la sociedad. La exjefa de Estado tuvo un aliado inexpugnable en la construcción de su candidatura para este año que fue Mauricio Macri, quien la potenció intensamente poniéndola en las antípodas de su gestión, groseramente debilitada por la falta de resultados y por el incumplimiento de las promesas electorales. De hecho, el Gobierno volvió a colocar a Cristina en un lugar estelar con la convocatoria al diálogo político, ya que Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey debieron salir a aclarar que ningún consenso puede darse sin la presencia de la exmandataria. “Macri buscó unificar al peronismo no kirchnerista detrás de sus diez puntos, pero no podemos quedar como que avalamos estas políticas y regalarle a Cristina todo el protagonismo opositor”, señaló ayer a El Tribuno en off the récord un integrante de Alternativa Federal, movimiento que quedó partido en dos con el llamado de Macri: Urtubey y Pichetto más cerca del Gobierno, Roberto Lavagna y Sergio Massa más lejos. Clin caja para la expresidenta. Cristina no modificó en nada su forma de hacer política ni su manera de comunicarse con los votantes, marcada por la ironía, la falta de autocrítica y la exacerbación de la grieta en línea con el Gobierno. ¿Por qué motivo quienes la repudiaban podrían hoy acompañarla? Muy simple, porque la expresidenta es la única que puede ganarle a Macri en este contexto del país. Es curioso, pero el mismo argumento que llevó al exjefe de Gobierno porteño al sillón de Rivadavia ahora sería el que podría darle la victoria a su peor enemiga.

La estrategia de Cambiemos

El Gobierno sabe que si no muestra alguna mínima mejoría en los indicadores económicos antes de las elecciones probablemente sus cartas ya estén echadas. El hecho genera una fuerte preocupación en el oficialismo, ya que la inflación de abril volverá a ser elevada, el consumo no muestra síntomas de recuperación y el empleo se derrumba mes a mes.
En ese contexto, el radicalismo está tratando de presionar a Macri para que baje su postulación con coqueteos con Lavagna, con insinuaciones hacia María Eugenia Vidal y con una eventual Paso ante Martín Lousteau. ¿Qué buscan los radicales? La vicepresidencia de la Nación y un fuerte posicionamiento en el armado de listas de cara a octubre. 
“Los tiempos nos corren y el contexto internacional no nos ayuda. Si bien el candidato es Mauricio, no se puede esconder que la presión para que se baje no se detuvo ni en el círculo rojo ni dentro de la alianza gobernante”, reflexionó un dirigente con despacho en la Casa Rosada. ¿Existe alguna chance de que Vidal u Horacio Rodríguez Larreta sean candidatos a presidente? En el laboratorio político de Marcos Peña y Jaime Durán Barba no se descarta ninguna hipótesis. Incluso, circuló la versión esta semana de que Larreta podría ser el candidato a presidente, Lousteau a jefe de Gobierno y Vidal a la gobernación de Buenos Aires. De todos modos, en un partido verticalista al extremo como el PRO la decisión la tomará únicamente Mauricio Macri.