Uno futbolístas más emblemáticos de la historia de River Plate, el jujeño Ariel Arnaldo "burrito" Ortega, celebra hoy 45 años, y en las redes sociales, fanáticos del "millonario" como así también de otros clubes del fútbol argentino lo recuerdan con afecto.
inicia sesión o regístrate.
Uno futbolístas más emblemáticos de la historia de River Plate, el jujeño Ariel Arnaldo "burrito" Ortega, celebra hoy 45 años, y en las redes sociales, fanáticos del "millonario" como así también de otros clubes del fútbol argentino lo recuerdan con afecto.
Ídolo indiscutido en River Plate, dueño de una gambeta y un quiebre de cintura único, como pocos vistos en el fútbol argentino que lo llevó a militar en equipos europeos como Valencia (España), Fenerbahçe (Turquía), Sampdoria y Parma (Italia). Además se convirtió en el heredero directo de la "10" que supo utilizar Diego Maradona en la Selección Argentina.
Pese a su idolatría con la hinchada del "millonario", Ortega es reconocido por el fútbol en general. Su vistoso juego, y su destacada participación en la albiceleste lo ayudó a cosechar seguidores y fanáticos, y se convirtió en un verdadero ídolo futbolero.
Por eso, es que hoy miles fanáticos del fútbol utilizaron las redes sociales para, bajo el hashtag #FelizCumpleBurrito, saludarlo con fotografías y videos de los goles más memorables del exquisito jugador jujeño.
Reconocido como uno de los jugadores más desequilibrantes de la historia del fútbol argentino, se destacó por su gran calidad técnica y facilidad para la gambeta, con un estilo muy particular basado en repentinos enganches y cambios de ritmo a la hora de eludir, además de su facilidad para definir de “vaselina”.
En la Selección jugó 87 partidos, y marcó 17 goles, disputó tres mundiales y fue subcampeón de la Copa de Confederaciones en 1995.
A nivel olímpico, ganó la Medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1995, la Medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1996 y el Torneo Preolímpico de 1996.
También es uno de los grandes ídolos de River Plate, club en el que tuvo cuatro etapas: entre 1991 y 1996, donde se transformaría en una de las apariciones más importantes de la década para el fútbol argentino, consagrándose campeón de numerosos campeonatos locales: los Aperturas de 1991, 1993, 1994 y 1996) y de la Libertadores de 1996.