¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

23°
6 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

La trascendencia del Grupo Jujeño de Teatro fue de la mano de la identidad

El reconocimiento es a su camino a nivel regional. Lo recibirá en el marco de la Fiesta Nacional del Teatro en Rosario de Santa Fe. Sus integrantes recordaron detalles de su crecimiento, y por supuesto a su gran mentor, Damián "Tito" Guerra.
Viernes, 04 de mayo de 2018 00:00

En el marco de la 33º Fiesta Nacional del Teatro que se desarrollará desde el 12 al 19 de este mes, en Rosario de Santa Fe, el Grupo Jujeño de Teatro, recibirá el Premio a la Trayectoria como Colectivo Teatral Regional por el NOA.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En el marco de la 33º Fiesta Nacional del Teatro que se desarrollará desde el 12 al 19 de este mes, en Rosario de Santa Fe, el Grupo Jujeño de Teatro, recibirá el Premio a la Trayectoria como Colectivo Teatral Regional por el NOA.

Cabe mencionar que en esta fiesta que cada año tiene lugar en una provincia diferente, organizada por el Instituto Nacional del Teatro (INT), se otorga este premio a una compañía por región cada año.

El Grupo Jujeño de Teatro se formó en el ´70, por decisión y convocatoria de Damián "Tito" Guerra, un sello en las tablas de Jujuy y del país, por su impronta. El grupo estaba integrado por actores muy jóvenes que comenzaron haciendo sainete, siguieron con el grotesco, y terminaron haciendo un teatro muy regional, con mucha identidad que fue lo que los catapultó a la escena nacional. Recorrieron muchas provincias argentinas con un gran éxito que fue "Manta de Plumas", la obra que lo identifica a Guerra como el hacedor en Jujuy del denominado teatro antropológico.

Hacia fines del siglo pasado, fallece prontamente el director y fundador del grupo, y el elenco se desarmó. Volvieron a reunirse hace unos años, porque la organización de Entepola Jujuy Argentina, decidió acertadamente hacerle un homenaje al grupo. En esa programación se incluyeron casi todas las obras que habían sido puestas en escena por el grupo, que se organizó, ensayo y reestrenó sus trabajos.

Ese fue sin dudas el impulso que estaba haciendo falta, para que el reencuentro (que siempre se siguió produciendo a nivel afectivo, amistoso y familiar) se vuelva instalar en los escenarios. Por esto es que al tiempo, se repuso "El imaginero de la Puna", una de las obras del grupo antes de su pausa, y para ello, faltaba un director. Así es que Silvia Gallegos se puso al hombro esta tarea (actriz).

Hoy, con este reconocimiento, el entusiasmo y la energía se refuerzan.

EN LA ACTUALIDAD/ EL RECONOCIMIENTO Y EL HOMENAJE LOS VIOLVIÓ A REUNIR, PARA REGRESAR A LAS TABLAS

Conversamos con algunos de sus integrantes, Silvia Gallegos, René López, Martín Reynaga y Carlos Palacios, para desandar la historia y el momento de esta compañía que en Jujuy es trascendental. Junto a ellos conformaron en el siglo pasado este grupo, José Carrillo (fallecido), Alejandro Aldana, Esther Carballo, Efraín Quinteros, Miguel Chauqui, Gladys Tapia, Dante Quispe, Bety Carrillo, Peque Barrionuevo y José Galet.

Sobre este premio, dice Silvia, la actriz de "Manta de plumas" la obra con que los ovacionaron en el país, y con la que su rostro ser hizo especialmente conocido y reconocido hasta la actualidad, fuera de Jujuy: "Desde los ´80 que luchamos por el espacio y la dignificación, y recibir un premio de los pares es algo muy grande para nosotros. Los premiados con esto somos muchos, no sólo el elenco, sino nuestras familias". Y también destacó que el premio es al colectivo y a la poética de un grupo de teatro, "en el que terminamos siendo todos compadres", expresó.

Dicen los actores que se juntaban todos los días en la sala "Raúl Galán" del Teatro Mitre, a ensayar; y en la empanadería de Doña Rosa, al frente del coliseo, a pensar , idear, crear.

Recordó que Guerra decía que él dirigía por una obligación "porque no hay quien nos dirija". Y dice Gallegos, "y eso es lo mismo que me pasó a mí, la vida me llevó a tener que dirigir, pero tenía que estudiar porque yo soy autodidacta, con miles de talleres encima, pero me hacía falta una formación. Para eso el INT me dio una beca para capacitarme. En este caso me ha tocado asumir ese rol, aunque me gusta más subir al escenario y actuar", asegura.

Martín Reynaga cuenta que el grupo para él fue un camino de formación, "yo en el grupo comencé como técnico, después fui apuntador, luego me preparó para actuar. Soy un actor idóneo. Tito me formó, pero además es mi compadre, padrino de mis hijos. Yo le digo "el compadre Tito"", dice. Y recalca lo de esa formación que fue adquiriendo, porque "en esa época no existía la escuela ni el profesorado de teatro. Gracias a Dios tuve la oportunidad de pertenecer al grupo", resume.

Cómo nace el grupo

Carlos Palacios nos cuenta que el Grupo Jujeño de Teatro nace por una convocatoria de Tito Guerra. "El venía actuando, era un artista muy bien visto en Jujuy porque había estudiado en Tucumán, volvió a su Jujuy natal, y se ve que tuvo la necesidad de volcar toda su experiencia. Volvió con muchos conocimientos. Con él hacíamos escenografía, iluminación, y hasta la ropa que usábamos", describe.

Silvia cuenta que los conoció a todos en un casting para otra cosa que luego no se dio, y luego él los llamó para su primera puesta que fue "El debut de la piba". Tenían entre 17 y 24 años.

"Yo entré después", dice René López, "me arrimé porque quería aprender sobre teatro, pero me interesaba la parte técnica y Tito era un tipo muy abierto, ávido de captar gente joven. Prontamente empecé a pasar texto y un día me tocó reemplazar un actor y así subí a las tablas", cuenta.

La trascendencia del grupo no era ajena a los tiempos que se vivían. Todavía estábamos en tiempos de dictadura, pero la inocencia de la juventud de sus artistas no avistaba estos factores. "Era el año 81 y nos vigilaban, la policía daba vueltas por los ensayos, nosotros teníamos miedo por Silvia (Gallegos) que era muy chica", dice René.

A lo que Carlos aporta con una anécdota: "Ensayábamos inocentemente, sin tomar conciencia de lo que pasaba en nuestro entorno. A tal punto que teníamos un espectador que siempre iba a presenciar nuestros ensayos, y se sentaba en la última silla, y nos relacionamos tanto que incluso en noches de frío hasta le prestábamos nuestra campera, le convidábamos café, etc. Con el tiempo nos enteramos que era alguien que iba y tomaba nota de lo que hacíamos, lo que decíamos, y si se sumaba más gente", recordó.

Teatro antropológico, un sello de Damián “Tito” Guerra y su grupo

El Grupo Jujeño de Teatro tuvo diferentes etapas. La primera obra fue "El debut de la piba" de Callol, que tenía un modo del hablar rioplatense, con lunfardo, etc.’ , dice Silvia Gallegos. Pero sucedía algo que "nosotros definíamos como que ’nos traiciona el sustrato". Así decíamos cuando en medio de una puesta rioplatense se nos escapaba un ’ahicito’, ’aquicito’, ’allacito’, términos de nuestro modo de hablar bien jujeño. Tito nos hacía leer notas del Negro Carella, quien tenía la idea de un teatro regional, a partir del cual recién podríamos tener un teatro nacional’ cuenta.

"Primero no lo entendíamos, y luego terminamos reconociendo que sí, que había que hacer un teatro más nuestro, con nuestra manera de hablar. El Negro decía, ’si somos pobres, somos pobres, si no tenemos escenografía, no tenemos y el laburo lo hace el actor, y si no hay autor, nosotros vamos a ser los autores y vamos a tener nuestra propia dramaturgia’. Esa fue la base para dejar el sainete y dedicarnos a hacer un teatro nuestro", cuenta.

Y explica que "nos ha llevado mucho tiempo de trabajo. Era otro contexto. Hoy todo el mundo dice ’yo soy originaria’ con orgullo, pero en aquel momento no era así, nadie quería ser originario y algunos actores decían ’¿por qué tengo que hacer de coya?’. Y los pares nos decían "¿che si están haciendo lindo teatro, por qué ahora hacen de coya?", recuerda la actriz y ahora directora del grupo. "Esto fue así, hasta que fuimos a Rosario de Santa Fe una vez, y presentamos ’Manta de plumas’, una adaptación de una leyenda japonesa, a la realidad jujeña, con protagonistas de nuestra región. En Rosario, el público se paró, nos ovacionó, y a partir de ahí la obra salió a Córdoba, Rosario, Neuquén, Misiones, Catamarca, etc., etc. Ahí entendimos que eso era lo que había que hacer". Por mucho tiempo, cada mes, se tenían que tomar una semana para viajar con "Manta de Plumas".