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Preocupa el nuevo plan de Duterte: Bombardear escuelas

Amenaza con destruir las instituciones en zonas donde tienen influencia.

Miércoles, 26 de julio de 2017 18:16

La organización de derechos humanos Human Rights Watch pidió al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, que retire su amenaza de ordenar ataques aéreos contra escuelas tribales, a las que acusa de enseñar a los alumnos a convertirse en rebeldes comunistas y advirtió que un ataque de ese tipo supondría un crimen de guerra.

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La organización de derechos humanos Human Rights Watch pidió al presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, que retire su amenaza de ordenar ataques aéreos contra escuelas tribales, a las que acusa de enseñar a los alumnos a convertirse en rebeldes comunistas y advirtió que un ataque de ese tipo supondría un crimen de guerra.

Desde que asumió el poder, hace poco más de un año, Duterte lanzó una campaña "anti drogas" cuya principal consigna fue que todos los ciudadanos salieran a las calles a matar a supuestos narcotraficantes y adictos. No necesitan a la Policía, ni una orden formal ni demostrar algún delito cometido por la víctima.

Organizaciones civiles, locales e internacionales, denunciaron que al menos 13.000 ya murieron en este marco de violencia descontrolada y acusaron a Duterte de ser el principal responsable. Sin embargo, la popularidad del presidente filipino sigue intacta en su país, lo que no sorprende ya que el dirigente había ascendido al poder tras ejecutar una política de mano dura similar en la ciudad de Davao, durante su tiempo como alcalde.

Ahora, el nuevo objetivo de Duterte parece ser la guerrilla comunista, un grupo que moviliza a más de 3.200 hombres. En su lucha contra esta milicia, el presidente filipino propuso bombardear a cualquiera de sus aliados, inclusive las escuelas ubicadas en zonas donde tienen influencia.

El derecho internacional "prohíbe los ataques a escuelas y otras estructuras civiles a menos que se utilicen con fines militares", recordó ayer Human Rights Watch (HRW) en un comunicado y remarcó que los ataques deliberados contra civiles, incluidos estudiantes y maestros, también son un crimen de guerra.

Las amenazas de Duterte se conocieron tras los recientes ataques de la guerrilla comunista contra las fuerzas armadas filipinas, el último un tiroteo la semana pasada que hirió a cinco miembros del cuerpo de seguridad presidencial de élite.

El investigador de HRW, Carlos Conde, alertó sobre esta amenaza.

 

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