La escuela taller de cerámica del Servicio Penitenciario cumplió cuarenta años. Por ese motivo se realizó una exposición para poner a la venta la producción de la población carcelaria, que usa el taller como una terapia en contexto de encierro.
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La escuela taller de cerámica del Servicio Penitenciario cumplió cuarenta años. Por ese motivo se realizó una exposición para poner a la venta la producción de la población carcelaria, que usa el taller como una terapia en contexto de encierro.
La muestra se hizo en el atrio de la Catedral Basílica, en presencia de numerosos transeúntes que se acercaron para comprar algunas de las piezas en cerámica, o bien conocer más sobre el taller carcelario.
El profesor Héctor Medina informó que el taller de cerámica es el más antiguo del Penitenciario y que con lo recaudado por la venta de piezas se destinará a la compra de insumos para el dictado de clases.
Asisten al taller un total de veinte alumnos, que tienen el título de técnico ceramista luego de tres años de cursar materias teóricas y prácticas, y que es avalado por el Ministerio de Educación de la Provincia. "El 90% de los alumnos que ingresa no sabe nada de cerámica. Y mientras aprende el alumno, toma a la arcilla como una terapia", dijo Medina.