La bomba GBU-43/B - conocida coloquialmente como Moab arrojada por Estados Unidos el pasado jueves en Afganistán, provocó al menos 94 muertes, según el último balance de las autoridades locales.
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La bomba GBU-43/B - conocida coloquialmente como Moab arrojada por Estados Unidos el pasado jueves en Afganistán, provocó al menos 94 muertes, según el último balance de las autoridades locales.
Entre los fallecidos se encontrarían al menos cuatro altos dirigentes de la sección afgana de Estado Islámico en Korasán, según el portavoz de la Gobernación de Nangarhar, Ataulah Khogyani, quien confirmó la completa destrucción de la zona del impacto: tres túneles que los yihadistas empleaban como depósitos de armas y otros equipos.
Asimismo, informaron que entre los muertos hay un hombre identificado como "Hamza", hermano a su vez de un alto comandante de Estado Islámico, también fallecido, y otros dos comandantes identificados como "Abubakar" y "Mohammad Abrani", según la declaración oficial publicada.
Sin embargo, la organización yihadista desmintió que el ataque haya causado alguna baja entre sus filas, según un comunicado recogido ayer por su habitual portal de propaganda, Amaq.
"Fuentes de seguridad de Estado Islámico desmienten que el ataque que América ejecutó el jueves en Achin haya causado muertos o heridos", según la nota.
Las primeras informaciones dadas a conocer por Estados Unidos y Afganistán hablaban de al menos 36 muertos, entre los que no figuraba mingún civil, datos que nunca fueron acompañados por pruebas que lo confirmaran.
La casi triplicación de ese número y la permanencia de falta de pruebas, pone en duda la precisión de la información, sobre todo por los antecedentes más recientes en otros ataques perpetrados por Estados Unidos.