Un grupo de científicos expuso ayer ante la Justicia que la orangutana "Sandra", que desde hace 23 años permanece en cautiverio, sufre una leve depresión y está en condiciones de ser trasladada.
inicia sesión o regístrate.
Un grupo de científicos expuso ayer ante la Justicia que la orangutana "Sandra", que desde hace 23 años permanece en cautiverio, sufre una leve depresión y está en condiciones de ser trasladada.
Esta fue una de las conclusiones a las que arribaron los dos expertos en comportamiento animal y que expusieron en calidad de amicus curiae, tras haber pasado dos meses observando a la orangutana en el exzoológico porteño.
"El 57,48% del tiempo diurno está inactiva. El lugar donde más tiempo está es en el roquedal junto al vidrio. En las rocas se cubre y se clausura", explicó el biólogo y profesor adjunto de la Cátedra de Bienestar Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, Héctor Ferrari.
El especialista que en la causa está en calidad de amicus curiae enfatizó en la audiencia que "la clausura sensorial es un problema", y dijo que si se agrava "puede llegar a la automutilación".
"Sandra está en un estado de leve depresión, no ve un ambiente que la castigue pero ve un ambiente sin recompensa. El exceso de descanso más la conducta de esconderse permiten concluir que el ambiente la está dañando lentamente. Sandra está en condiciones de ser trasladada a un espacio más grande, tridimensional, pero no debe retirarse del contacto humano hasta que se esté seguro que no será más dañino", postuló el docente de la UBA.
La audiencia fue realizada ante la jueza Elena Liberatori, quien está cargo del Juzgado N§ 4 en lo Contencioso Administrativo y Tributario porteño, y se llevó a cabo en el marco de la ejecución de la sentencia en la cual se ordenó al Gobierno de la Ciudad que garantice el bienestar de la orangutana.
Según publicó el portal iJudicial, ante las diversas preguntas que se generaron durante la audiencia, el experto planteó la necesidad de definir si se traslada a "Sandra" o si se le mejora la vida.
En tanto, el primatólogo Aldo Giúdice, quien también participó de la observación al animal, señaló que en vida silvestre los orangutanes viven hasta 70 años, pero que en cautiverio esta expectativa se reduce.
"Sandra tiene 31 años, es muy joven aún. Cuando va a las rocas, va porque fracasa con el sistema, es un gesto de resignación. Frente a esa resignación a esta situación, juega una última carta de resistencia y se tapa como diciendo 'no me van a ver'. Es un pez fuera del agua, es un animal arborícola en un recinto con piedras", describió.
En diciembre de 2014, en un fallo inédito, la Sala II de la Cámara de Casación Penal había declarado "sujeto no humano" a "Sandra" y le concedió, por primera vez a un animal en cautiverio, un hábeas corpus, para que pueda ser traslada a un santuario en Brasil.