Brenda Leonela Vegas, docente del área artística, indicó que la "Colonia Artística" fue una experiencia muy enriquecedora que surgió como una propuesta para ampliar los tratamientos terapéuticos, y también para darles una opción a los padres para que los niños pasen unas vacaciones de invierno creativas.
Los talleres se dictaron de lunes a viernes de 9.30 a 12.30, con cuatro actividades por día.
Durante este período los niños hicieron decoraciones con pompones, mándalas y pintura reciclada para trabajar la motricidad fina, mándalas, también pintura en piedras, murales y máscaras. Para desarrollar la expresión corporal hubo talleres de circo y telas.
Con los talleres intensivos se buscó que los niños conozcan las diferentes propuestas y puedan elegir la que más les gusta.
Vegas aclaró que las inscripciones están abiertas a los niños que estén en tratamiento y también a aquellos que solo les interesa el taller. "La idea es que se mezclen con diferentes edades y puedan convivir y puedan enriquecerse con el intercambio. Cada taller tiene un cupo de 12 niños. El viernes culmino la colonia con la exposición de las obras de los pequeños artistas", acotó la docente.
Sobre la participación de niños pequeños, indicó que "es muy gratificante ver cómo niños chiquitos pueden disfrutar del arte. Muchos padres llegan con el miedo de que el niño no pueda realizar actividades artísticas porque son muy pequeños, pero la gran sorpresa es que lo pueden hacer muy bien y sin ninguna dificultad. Muchas veces hay mucho prejuicio. Los niños de 3 y 4 años trabajan perfectamente a la par de niños de 7 u 8 años. No hay berrrinches, no hay problemas, los niños más chicos son más abiertos y quieren mayor interés por trabajar por crear. Es increíble pero tienen mucho interés por realizar todos los talleres, son muy permeables y flexibles".
Los talleres se dictaron de lunes a viernes de 9.30 a 12.30, con cuatro actividades por día.
Durante este período los niños hicieron decoraciones con pompones, mándalas y pintura reciclada para trabajar la motricidad fina, mándalas, también pintura en piedras, murales y máscaras. Para desarrollar la expresión corporal hubo talleres de circo y telas.
Con los talleres intensivos se buscó que los niños conozcan las diferentes propuestas y puedan elegir la que más les gusta.
Vegas aclaró que las inscripciones están abiertas a los niños que estén en tratamiento y también a aquellos que solo les interesa el taller. "La idea es que se mezclen con diferentes edades y puedan convivir y puedan enriquecerse con el intercambio. Cada taller tiene un cupo de 12 niños. El viernes culmino la colonia con la exposición de las obras de los pequeños artistas", acotó la docente.
Sobre la participación de niños pequeños, indicó que "es muy gratificante ver cómo niños chiquitos pueden disfrutar del arte. Muchos padres llegan con el miedo de que el niño no pueda realizar actividades artísticas porque son muy pequeños, pero la gran sorpresa es que lo pueden hacer muy bien y sin ninguna dificultad. Muchas veces hay mucho prejuicio. Los niños de 3 y 4 años trabajan perfectamente a la par de niños de 7 u 8 años. No hay berrrinches, no hay problemas, los niños más chicos son más abiertos y quieren mayor interés por trabajar por crear. Es increíble pero tienen mucho interés por realizar todos los talleres, son muy permeables y flexibles".
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Brenda Leonela Vegas, docente del área artística, indicó que la "Colonia Artística" fue una experiencia muy enriquecedora que surgió como una propuesta para ampliar los tratamientos terapéuticos, y también para darles una opción a los padres para que los niños pasen unas vacaciones de invierno creativas.
Los talleres se dictaron de lunes a viernes de 9.30 a 12.30, con cuatro actividades por día.
Durante este período los niños hicieron decoraciones con pompones, mándalas y pintura reciclada para trabajar la motricidad fina, mándalas, también pintura en piedras, murales y máscaras. Para desarrollar la expresión corporal hubo talleres de circo y telas.
Con los talleres intensivos se buscó que los niños conozcan las diferentes propuestas y puedan elegir la que más les gusta.
Vegas aclaró que las inscripciones están abiertas a los niños que estén en tratamiento y también a aquellos que solo les interesa el taller. "La idea es que se mezclen con diferentes edades y puedan convivir y puedan enriquecerse con el intercambio. Cada taller tiene un cupo de 12 niños. El viernes culmino la colonia con la exposición de las obras de los pequeños artistas", acotó la docente.
Sobre la participación de niños pequeños, indicó que "es muy gratificante ver cómo niños chiquitos pueden disfrutar del arte. Muchos padres llegan con el miedo de que el niño no pueda realizar actividades artísticas porque son muy pequeños, pero la gran sorpresa es que lo pueden hacer muy bien y sin ninguna dificultad. Muchas veces hay mucho prejuicio. Los niños de 3 y 4 años trabajan perfectamente a la par de niños de 7 u 8 años. No hay berrrinches, no hay problemas, los niños más chicos son más abiertos y quieren mayor interés por trabajar por crear. Es increíble pero tienen mucho interés por realizar todos los talleres, son muy permeables y flexibles".
Los talleres se dictaron de lunes a viernes de 9.30 a 12.30, con cuatro actividades por día.
Durante este período los niños hicieron decoraciones con pompones, mándalas y pintura reciclada para trabajar la motricidad fina, mándalas, también pintura en piedras, murales y máscaras. Para desarrollar la expresión corporal hubo talleres de circo y telas.
Con los talleres intensivos se buscó que los niños conozcan las diferentes propuestas y puedan elegir la que más les gusta.
Vegas aclaró que las inscripciones están abiertas a los niños que estén en tratamiento y también a aquellos que solo les interesa el taller. "La idea es que se mezclen con diferentes edades y puedan convivir y puedan enriquecerse con el intercambio. Cada taller tiene un cupo de 12 niños. El viernes culmino la colonia con la exposición de las obras de los pequeños artistas", acotó la docente.
Sobre la participación de niños pequeños, indicó que "es muy gratificante ver cómo niños chiquitos pueden disfrutar del arte. Muchos padres llegan con el miedo de que el niño no pueda realizar actividades artísticas porque son muy pequeños, pero la gran sorpresa es que lo pueden hacer muy bien y sin ninguna dificultad. Muchas veces hay mucho prejuicio. Los niños de 3 y 4 años trabajan perfectamente a la par de niños de 7 u 8 años. No hay berrrinches, no hay problemas, los niños más chicos son más abiertos y quieren mayor interés por trabajar por crear. Es increíble pero tienen mucho interés por realizar todos los talleres, son muy permeables y flexibles".