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Nuevo ataque yihadista dejó al menos 4 muertos

Viernes, 08 de julio de 2016 01:30
<div>ATENTADO / LA POLICÍA LOCAL RODEA EL CUERPO DE UNA VÍCTIMA FATAL.</div><div>
Al menos cuatro personas murieron ayer en Bangladesh cuando un grupo yihadista se enfrentó a la Policía cerca de una zona de rezo en la que se celebraba el fin del Ramadán, el mes sagrado musulmán, en el segundo ataque en menos de una semana en el país surasiático.
La acción se produjo en la madrugada local en una explanada donde se congregaban unos 300 mil fieles en Kishoreganj, en el centro de Bangladesh, y se inició con el lanzamiento de una bomba de fabricación casera contra un grupo de policías, que fue seguida por un tiroteo entre los atacantes y las fuerzas de seguridad, según informó un portavoz de la Policía.
De acuerdo con el portavoz, dos policías, una mujer y un atacante resultaron muertos en los ataques, mientras otros seis uniformados que se encuentran "gravemente heridos", algunos de ellos por armas blancas, fueron trasladados en helicóptero a un hospital de la capital, Dacca.
La captura de cuatro "terroristas" y la operación de búsqueda de más atacantes continúa, afirmó el superintendente adjunto de la Policía de Kishoreganj.
El ataque empezó poco antes del inicio de los rezos de celebración del Eid al-Fitr, la importante festividad musulmana que marca el fin del Ramadán, lo que no evitó que, a pesar del pánico, el oficio religioso continuara.
La acción se produce menos de una semana después del asalto a un restaurante situado en una zona diplomática de Dacca, que comenzó en la noche del viernes y se extendió unas 12 horas, y que causó 28 muertos, un ataque reivindicado por el grupo radical Estado Islámico (EI).
Las autoridades bangladesíes, sin embargo culparon a grupos rebeldes locales.
El portal estadounidense Site Intelligence publicó el miércoles un video en el que tres supuestos combatientes bangladesíes del EI amenazaban desde Siria con más ataques en Bangladesh.
El ataque de ayer, que aún no fue reivindicado, contrasta con el del pasado fin de semana, donde la acción contra el restaurante fue dirigida únicamente a "infieles extranjeros", mientras el de ayer se produjo durante una congregación musulmana.
La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, se refirió al ataque de la semana pasada en Dacca en un discurso con motivo del Eid al-Fitr, en el que se preguntó qué clase de creyentes musulmanes son aquellos que matan a gente durante un mes de oración.
"Son enemigos del islam", sentenció Hasina, que pronunció su discurso antes de que se conociera fatal ataque.
La mandataria bangladesí también lanzó una petición a todos los padres que tengan a algún hijo desaparecido para que informen a la Policía, después de que se supiera de que algunos de los jóvenes que atacaron el restaurante estaban siendo buscados por sus progenitores.
"Les daremos nuestra entera cooperación para encontrar a sus hijos perdidos y si fuera necesario darles tratamiento. Queremos dejar claro que Bangladesh no es lugar para insurgentes y terroristas", concluyó la primera ministra.
Estos ataques se producen en medio de la oleada de asesinatos de corte islamista que sacude al país desde 2013 y que, tras intensificarse el pasado año, deja ya más de 40 muertos, sobre todo entre miembros de diferentes minorías.
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Al menos cuatro personas murieron ayer en Bangladesh cuando un grupo yihadista se enfrentó a la Policía cerca de una zona de rezo en la que se celebraba el fin del Ramadán, el mes sagrado musulmán, en el segundo ataque en menos de una semana en el país surasiático.
La acción se produjo en la madrugada local en una explanada donde se congregaban unos 300 mil fieles en Kishoreganj, en el centro de Bangladesh, y se inició con el lanzamiento de una bomba de fabricación casera contra un grupo de policías, que fue seguida por un tiroteo entre los atacantes y las fuerzas de seguridad, según informó un portavoz de la Policía.
De acuerdo con el portavoz, dos policías, una mujer y un atacante resultaron muertos en los ataques, mientras otros seis uniformados que se encuentran "gravemente heridos", algunos de ellos por armas blancas, fueron trasladados en helicóptero a un hospital de la capital, Dacca.
La captura de cuatro "terroristas" y la operación de búsqueda de más atacantes continúa, afirmó el superintendente adjunto de la Policía de Kishoreganj.
El ataque empezó poco antes del inicio de los rezos de celebración del Eid al-Fitr, la importante festividad musulmana que marca el fin del Ramadán, lo que no evitó que, a pesar del pánico, el oficio religioso continuara.
La acción se produce menos de una semana después del asalto a un restaurante situado en una zona diplomática de Dacca, que comenzó en la noche del viernes y se extendió unas 12 horas, y que causó 28 muertos, un ataque reivindicado por el grupo radical Estado Islámico (EI).
Las autoridades bangladesíes, sin embargo culparon a grupos rebeldes locales.
El portal estadounidense Site Intelligence publicó el miércoles un video en el que tres supuestos combatientes bangladesíes del EI amenazaban desde Siria con más ataques en Bangladesh.
El ataque de ayer, que aún no fue reivindicado, contrasta con el del pasado fin de semana, donde la acción contra el restaurante fue dirigida únicamente a "infieles extranjeros", mientras el de ayer se produjo durante una congregación musulmana.
La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, se refirió al ataque de la semana pasada en Dacca en un discurso con motivo del Eid al-Fitr, en el que se preguntó qué clase de creyentes musulmanes son aquellos que matan a gente durante un mes de oración.
"Son enemigos del islam", sentenció Hasina, que pronunció su discurso antes de que se conociera fatal ataque.
La mandataria bangladesí también lanzó una petición a todos los padres que tengan a algún hijo desaparecido para que informen a la Policía, después de que se supiera de que algunos de los jóvenes que atacaron el restaurante estaban siendo buscados por sus progenitores.
"Les daremos nuestra entera cooperación para encontrar a sus hijos perdidos y si fuera necesario darles tratamiento. Queremos dejar claro que Bangladesh no es lugar para insurgentes y terroristas", concluyó la primera ministra.
Estos ataques se producen en medio de la oleada de asesinatos de corte islamista que sacude al país desde 2013 y que, tras intensificarse el pasado año, deja ya más de 40 muertos, sobre todo entre miembros de diferentes minorías.

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