Socorristas ayudados por perros entrenados buscaban este lunes entre los escombros a las personas que continúan atrapadas tras el peor sismo en
Ecuador en 40 años, que deja unos 350 muertos y devastó de sur a norte la costa del país.
Correa advirtió desde Pedernales, una localidad turística epicentro del potente
terremoto de 7,8 de magnitud del sábado, que la reconstrucción de esa zona llevará años y "costará centenas, probablemente miles de millones de dólares".
En esa localidad, con playas sobre el Pacífico y fuerte actividad turística, las calles daban la sensación de estar en una zona de guerra, con casas reducidas a escombros, hoteles derruidos y postes de luz sobre el asfalto.
Lo más inminente es encontrar a las personas desaparecidas.
A 150 km de allí, en
Manta, los canes que acompañan a los rescatistas olfatean en medio de estructuras colapsadas el rastro de sobrevivientes. Sus ladridos alientan la búsqueda. Es decir que bajo montones de piedra y escombros hay personas vivas.
Los familiares de las víctimas también hacían su búsqueda.
Entre lágrimas, removían con las manos placas de cemento y hierros retorcidos con la esperanza de hallar a sus seres queridos.
Las tareas de rescate, dificultadas por la falta de luz en algunas zonas y el difícil acceso en otras, no dan abasto y el balance de muertos no cesa de aumentar desde el sábado.
"Tenemos lamentablemente que informar que estamos bordeando las 350 personas fallecidas, el número de heridos también se ha incrementado", dijo el ministro coordinador de Seguridad, César Navas.
Ayuda por aire, tierra y mar
La ayuda internacional empezaba a llegar al país.
Expertos internacionales, barcos con agua potable, aviones con maquinaria para remover restos, camiones con ropa, útiles de aseo, medicinas y alimentos partieron desde la capital y otras ciudades ecuatorianas, así como de Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y Cuba, dijeron las autoridades.
"Tenemos las líneas de financiamiento respectivas del Banco Mundial, del BID y demás. Son aproximadamente 600 millones de dólares que existen para poder enfrentar esta situación tan dura para nuestro país", apuntó el ministro Navas.
Socorristas ayudados por perros entrenados buscaban este lunes entre los escombros a las personas que continúan atrapadas tras el peor sismo en
Ecuador en 40 años, que deja unos 350 muertos y devastó de sur a norte la costa del país.
Correa advirtió desde Pedernales, una localidad turística epicentro del potente
terremoto de 7,8 de magnitud del sábado, que la reconstrucción de esa zona llevará años y "costará centenas, probablemente miles de millones de dólares".
En esa localidad, con playas sobre el Pacífico y fuerte actividad turística, las calles daban la sensación de estar en una zona de guerra, con casas reducidas a escombros, hoteles derruidos y postes de luz sobre el asfalto.
Lo más inminente es encontrar a las personas desaparecidas.
A 150 km de allí, en
Manta, los canes que acompañan a los rescatistas olfatean en medio de estructuras colapsadas el rastro de sobrevivientes. Sus ladridos alientan la búsqueda. Es decir que bajo montones de piedra y escombros hay personas vivas.
Los familiares de las víctimas también hacían su búsqueda.
Entre lágrimas, removían con las manos placas de cemento y hierros retorcidos con la esperanza de hallar a sus seres queridos.
Las tareas de rescate, dificultadas por la falta de luz en algunas zonas y el difícil acceso en otras, no dan abasto y el balance de muertos no cesa de aumentar desde el sábado.
"Tenemos lamentablemente que informar que estamos bordeando las 350 personas fallecidas, el número de heridos también se ha incrementado", dijo el ministro coordinador de Seguridad, César Navas.
Ayuda por aire, tierra y mar
La ayuda internacional empezaba a llegar al país.
Expertos internacionales, barcos con agua potable, aviones con maquinaria para remover restos, camiones con ropa, útiles de aseo, medicinas y alimentos partieron desde la capital y otras ciudades ecuatorianas, así como de Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y Cuba, dijeron las autoridades.
"Tenemos las líneas de financiamiento respectivas del Banco Mundial, del BID y demás. Son aproximadamente 600 millones de dólares que existen para poder enfrentar esta situación tan dura para nuestro país", apuntó el ministro Navas.