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Pérez Rojas, la fuerza y las ganas de ser

Sabado, 17 de diciembre de 2016 01:30
EN EL TRIBUNO DE JUJUY/ GUADALUPE PÉREZ ROJAS, TENISTA QUE GANÓ EL SAN FRANCISCO DE ORO.
Con toda la juventud de su lado, Guadalupe Pérez Rojas, la tenista sampedreña premiada con el "oro" en los premios San Francisco de Asís, llegaba a nuestra redacción. Reemplazando su raqueta por un pequeño y moderno celular aguardaba la entrevista, "aquí hay wi-fi? " , fue la pregunta e inmediatamente la respuesta fue una larga contraseña. A los 8 años comenzaba su amor por el tenis. "Desde muy chica acompañaba a mis padres al club Atlético San Pedro, me la pasaba en el club. Íbamos a la pileta, hacía natación, atletismo pero me incliné por la raqueta", explicaba mientras miraba la pequeña pantallita que titilaba. Mucho tuvo que ver en su carrera el apoyo del "Gallego" y de "Betty", Reinaldo Pérez Rojas y Lelia Beatríz Gutierrez, sus padres. No quiso dejar afuera a sus dos hermanas mayores, Micaela y Macarena, ni a su tía Carolina Pérez Rojas, "Mi familia es mi respaldo tanto en las victorias como en las más difíciles de mis derrotas". "Comencé desde muy chiquita y fui participando en distintos torneos. Siempre me destaqué en cada uno de ellos". Y así el entusiasmo la llevó a trazarse nuevas metas que la llevaron a la gran metrópoli, Buenos Aires. "A los 12 años emigré, fui a Parque Roca, a lo de "Batata" Clear. Seleccionaban para becas de entrenamiento y tuve la suerte de acceder a una, pero con la única condición de quedarme ahí. Y así lo hice. Mis padres me apoyaron pensando que en un par de meses me volvía, pero no fue así", acotaba con una sonrisa semi traviesa. El destino la cruzó con quien sería hasta este tiempo su entrenador, "allí conocí a Javier Degreef quien me fortaleció. A los siete meses se abrió de la institución y yo me fui a entrenar con él".El compromiso hacia el estudio hizo que se radique en "Baires" y que termine casi a distancia, por la rutina y las giras que la llevaron por distintas partes del planeta tenis tanto en este continente como en el europeo. "Se gasta mucho en viajes y todo lo que hice fue a pulmón. Un gran esfuerzo para poder competir y viajar. Uno gana premios y lo invierte en giras y recién ahora conseguí un poco de ayuda del Gobierno pero nunca es suficiente". Cuando se expresa es muy fácil percibir su amor por el tenis, en gestos, en palabras. "Estoy conforme con lo que vengo haciendo. Paso a paso siguiendo el proceso correcto. No quemando etapas ni siendo quedada. Confío mucho en mi equipo", al que se suma su preparador físico Andrés García. Respecto a las proyecciones a futuro "Guada" la tiene clara. "Desde chica veía los torneos por televisión y ahora yo quiero verme ahí, no estoy tan lejos. No siento que me falte mucho para lograrlo. Me gustaría sumar giras pero el límite muchas veces es financiero, vamos donde podemos y no donde nos conviene. Estoy preparada para el momento". Uno muchas veces cuando abraza una actividad o un deporte, como en este caso, se proyecta en algún referente, "los míos son Roger Federer y la rumana Simona Halep. Ella tiene un físico muy parecido al mío, chiquita pero muy rápida". Mirando hacia el camino recorrido no duda en señalar que " es duro, me fui de chica y sacrifiqué muchas cosas, fiestas de cumpleaños, salida con amigas, pero gané otras y no me arrepiento de nada". La charla por momentos se fue por los sueños, las metas, los sacrificios y lo difícil que suele ser poder trascender en deportes individuales. Pero las ganas muchas veces son el motor que nos hace llegar a la cima y eso es algo que deja muy en claro la conversación con Guadalupe. Hoy fue profeta en su tierra y recibió el máximo reconocimiento, nada más ni nada menos que el "oro". Un premio al sacrificio y un empujón que la ayudará seguramente a alcanzar las metas, llevado el nombre de Jujuy a lo más alto.
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Con toda la juventud de su lado, Guadalupe Pérez Rojas, la tenista sampedreña premiada con el "oro" en los premios San Francisco de Asís, llegaba a nuestra redacción. Reemplazando su raqueta por un pequeño y moderno celular aguardaba la entrevista, "aquí hay wi-fi? " , fue la pregunta e inmediatamente la respuesta fue una larga contraseña. A los 8 años comenzaba su amor por el tenis. "Desde muy chica acompañaba a mis padres al club Atlético San Pedro, me la pasaba en el club. Íbamos a la pileta, hacía natación, atletismo pero me incliné por la raqueta", explicaba mientras miraba la pequeña pantallita que titilaba. Mucho tuvo que ver en su carrera el apoyo del "Gallego" y de "Betty", Reinaldo Pérez Rojas y Lelia Beatríz Gutierrez, sus padres. No quiso dejar afuera a sus dos hermanas mayores, Micaela y Macarena, ni a su tía Carolina Pérez Rojas, "Mi familia es mi respaldo tanto en las victorias como en las más difíciles de mis derrotas". "Comencé desde muy chiquita y fui participando en distintos torneos. Siempre me destaqué en cada uno de ellos". Y así el entusiasmo la llevó a trazarse nuevas metas que la llevaron a la gran metrópoli, Buenos Aires. "A los 12 años emigré, fui a Parque Roca, a lo de "Batata" Clear. Seleccionaban para becas de entrenamiento y tuve la suerte de acceder a una, pero con la única condición de quedarme ahí. Y así lo hice. Mis padres me apoyaron pensando que en un par de meses me volvía, pero no fue así", acotaba con una sonrisa semi traviesa. El destino la cruzó con quien sería hasta este tiempo su entrenador, "allí conocí a Javier Degreef quien me fortaleció. A los siete meses se abrió de la institución y yo me fui a entrenar con él".El compromiso hacia el estudio hizo que se radique en "Baires" y que termine casi a distancia, por la rutina y las giras que la llevaron por distintas partes del planeta tenis tanto en este continente como en el europeo. "Se gasta mucho en viajes y todo lo que hice fue a pulmón. Un gran esfuerzo para poder competir y viajar. Uno gana premios y lo invierte en giras y recién ahora conseguí un poco de ayuda del Gobierno pero nunca es suficiente". Cuando se expresa es muy fácil percibir su amor por el tenis, en gestos, en palabras. "Estoy conforme con lo que vengo haciendo. Paso a paso siguiendo el proceso correcto. No quemando etapas ni siendo quedada. Confío mucho en mi equipo", al que se suma su preparador físico Andrés García. Respecto a las proyecciones a futuro "Guada" la tiene clara. "Desde chica veía los torneos por televisión y ahora yo quiero verme ahí, no estoy tan lejos. No siento que me falte mucho para lograrlo. Me gustaría sumar giras pero el límite muchas veces es financiero, vamos donde podemos y no donde nos conviene. Estoy preparada para el momento". Uno muchas veces cuando abraza una actividad o un deporte, como en este caso, se proyecta en algún referente, "los míos son Roger Federer y la rumana Simona Halep. Ella tiene un físico muy parecido al mío, chiquita pero muy rápida". Mirando hacia el camino recorrido no duda en señalar que " es duro, me fui de chica y sacrifiqué muchas cosas, fiestas de cumpleaños, salida con amigas, pero gané otras y no me arrepiento de nada". La charla por momentos se fue por los sueños, las metas, los sacrificios y lo difícil que suele ser poder trascender en deportes individuales. Pero las ganas muchas veces son el motor que nos hace llegar a la cima y eso es algo que deja muy en claro la conversación con Guadalupe. Hoy fue profeta en su tierra y recibió el máximo reconocimiento, nada más ni nada menos que el "oro". Un premio al sacrificio y un empujón que la ayudará seguramente a alcanzar las metas, llevado el nombre de Jujuy a lo más alto.