Un insólito hecho sucedió el domingo en la ciudad de Orán. Un hombre oriundo de Jujuy, el cual había realizado unas compras en Bermejo, Bolivia, se fue de copas. Cuando volvió por el auto no lo encontró en el lugar que según él lo había dejado estacionado. Tomó entonces la decisión de ir a realizar a la Comisaría la denuncia de la desaparición el vehículo. El hombre dio los detalles a los oficiales, pero luego se arrepintió, y se fue. Los Policía intentaron ubicarlo pero no lograron su cometido.
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Un insólito hecho sucedió el domingo en la ciudad de Orán. Un hombre oriundo de Jujuy, el cual había realizado unas compras en Bermejo, Bolivia, se fue de copas. Cuando volvió por el auto no lo encontró en el lugar que según él lo había dejado estacionado. Tomó entonces la decisión de ir a realizar a la Comisaría la denuncia de la desaparición el vehículo. El hombre dio los detalles a los oficiales, pero luego se arrepintió, y se fue. Los Policía intentaron ubicarlo pero no lograron su cometido.
El domingo, el mismo individuo regresó a la dependencia, pero esta vez acompañado por su mujer. Cuando los Policías le preguntaron porqué había abandonado la Comisaría el día anterior, la señora le recriminó la actitud y no haberle dicho antes lo sucedido.
Entonces comenzó a pegarle cachetazos a su esposo adelante de los agentes, los cuales debieron intervenir para que evitar el castigo que estaba recibiendo el hombre.
En la denuncia relató que él había estacionado su Fiat Siena sobre calle Belgrano y 17 de Octubre, yendo luego a la terminal a comprar unas cosas y tomar una bebida alcohólica. Al retornar al vehículo el auto ya no estaba. Detalló las características del mismo y brindó la chapa patente.
El automóvil cargado de mercadería comprada en Bermejo, finalmente fue encontrado estacionado en la calle Arenales entre Bolivia y Pizarro a metros de una conocida bailanta de Orán. En el mismo se encontraban todas las cosas sin que se tocara nada, según informó Radio Güemes.
El alma le volvió al cuerpo a este jujeño con domicilio en el barrio Alto Comedero, pero seguramente no se salvó de otra reprimenda de su mujer, porque el auto estaba cerca de una bailanta, y no de la terminal como había denunciado él. Al parecer se fue de juerga, se pasó de alcohol, y deberá darle las explicaciones del caso a su mujer, aunque esta vez no habrá Policías a su lado para parar los cachetazos ...