El
Papa Francisco inició ayer una visita a
Bolivia, una de las naciones más empobrecidas de América del Sur, con elogios a los "pasos importantes" en favor de la
inclusión social y el medioambiente, pero también con llamados al diálogo y la unidad.
En la misma línea de sus mensajes en
Ecuador, desde donde llegó a bordo de un avión de la línea de bandera BoA (Boliviana de Aviación), el Papa hizo además renovados votos por la familia y los jóvenes.
El pontífice fue recibido en el aeropuerto internacional de El Alto, en
La Paz a 4 mil metros de altitud, por el presidente
Evo Morales, quien le entregó una chuspa, una pequeña bolsa de tejido andino.
"Recibimos con los brazos y el corazón abierto al Papa de los pobres" y agregó, "quien traiciona a un pobre traiciona a Francisco", dijo Morales en la ceremonia de bienvenida.
El Papa rendirá homenaje a Luis Espinal, sacerdote jesuita español quien fue un luchador incómodo para al poder político de turno.
De buen semblante a pesar de la altura y el frío invernal, el pontífice saludó a niños vestidos con ropa típica de las regiones bolivianas, uno de los cuales, vestido de machetero, se tomó una histórica selfie con Francisco.
Pasos importantes
"Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del país", dijo el pontífice.
Según Francisco, "el progreso integral de un pueblo" debiera transcurrir "sin excluir ni rechazar a nadie", en momentos en que sectores de la oposición local aseguran que son perseguidos por el Gobierno de Morales.
El Papa proclamó en su breve mensaje a los bolivianos "el crecimiento en valores de las personas" e hizo notar que "si el crecimiento solo es material siempre se corre el riesgo de que la abundancia de unos se construya sobre la escasez de otros".
Al pisar tierra boliviana, el primer pontífice latinoamericano, hijo de emigrantes italianos, quiso rendir un homenaje personal a los migrantes bolivianos, muchos de los cuales trabajan en difíciles condiciones en diferentes países de América del sur y en particular en Argentina, su país de nacimiento.
"Llevo en el corazón especialmente a los hijos de esta tierra, que por múltiples razones han tenido que buscar otra tierra que los cobije", confesó el Papa.
El
Papa Francisco inició ayer una visita a
Bolivia, una de las naciones más empobrecidas de América del Sur, con elogios a los "pasos importantes" en favor de la
inclusión social y el medioambiente, pero también con llamados al diálogo y la unidad.
En la misma línea de sus mensajes en
Ecuador, desde donde llegó a bordo de un avión de la línea de bandera BoA (Boliviana de Aviación), el Papa hizo además renovados votos por la familia y los jóvenes.
El pontífice fue recibido en el aeropuerto internacional de El Alto, en
La Paz a 4 mil metros de altitud, por el presidente
Evo Morales, quien le entregó una chuspa, una pequeña bolsa de tejido andino.
"Recibimos con los brazos y el corazón abierto al Papa de los pobres" y agregó, "quien traiciona a un pobre traiciona a Francisco", dijo Morales en la ceremonia de bienvenida.
El Papa rendirá homenaje a Luis Espinal, sacerdote jesuita español quien fue un luchador incómodo para al poder político de turno.
De buen semblante a pesar de la altura y el frío invernal, el pontífice saludó a niños vestidos con ropa típica de las regiones bolivianas, uno de los cuales, vestido de machetero, se tomó una histórica selfie con Francisco.
Pasos importantes
"Bolivia está dando pasos importantes para incluir a amplios sectores en la vida económica, social y política del país", dijo el pontífice.
Según Francisco, "el progreso integral de un pueblo" debiera transcurrir "sin excluir ni rechazar a nadie", en momentos en que sectores de la oposición local aseguran que son perseguidos por el Gobierno de Morales.
El Papa proclamó en su breve mensaje a los bolivianos "el crecimiento en valores de las personas" e hizo notar que "si el crecimiento solo es material siempre se corre el riesgo de que la abundancia de unos se construya sobre la escasez de otros".
Al pisar tierra boliviana, el primer pontífice latinoamericano, hijo de emigrantes italianos, quiso rendir un homenaje personal a los migrantes bolivianos, muchos de los cuales trabajan en difíciles condiciones en diferentes países de América del sur y en particular en Argentina, su país de nacimiento.
"Llevo en el corazón especialmente a los hijos de esta tierra, que por múltiples razones han tenido que buscar otra tierra que los cobije", confesó el Papa.