En la provincia de Jujuy, las zonas comprendidas por la Quebrada de Humahuaca y Puna, se ha convertido en uno de los centros de atracción turística más importantes de la región durante Semana Santa, con llenos prácticamente totales.
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En la provincia de Jujuy, las zonas comprendidas por la Quebrada de Humahuaca y Puna, se ha convertido en uno de los centros de atracción turística más importantes de la región durante Semana Santa, con llenos prácticamente totales.
La devoción y religiosidad de gran parte de los jujeños, que motorizan un sinnúmero de actividades en el marco de la celebración de la Pascuas, atraen a turistas de distintos puntos del país y del mundo, consolidando estas fechas y poniéndolas en el eje de la “industria sin chimeneas”, al igual que el carnaval, con registros de ocupación hotelera que rondan entre un 90 % y 100 % en la Quebrada.
Purmamarca, Tilcara y Humahuaca son los destinos más elegidos por la gran masa de visitantes que llega a nuestra provincia para disfrutar de las actividades de Semana Santa.
El pernocte promedio es de tres días, aunque existen casos de visitantes que se hospedaron a lo largo de toda la semana.
En ese sentido, el presidente de la Cámara de Turismo de Jujuy Ignacio Güizzo sostuvo que el flujo turístico de la época “nos tiene acostumbrados a que haya una alta demanda de servicios con mucha antelación”. Incluso expresó que, muchas de las personas que decidieron llegar hasta la zona sin reservas previas, prácticamente no consiguieron hospedaje.
Ha cobrado tal dimensión el turismo religioso en el Norte jujeño que “el turista comienza a arribar a la zona para el Domingo de Ramos (anterior a la Pascua), se han cubierto las expresiones de fe como el Domingo de Ramos, en donde la bajada de la Virgen de Punta Corral a Tumbaya y luego del Abra hasta Tilcara, se han convertido en eventos muy atrapantes, y por lo cual el turista participa de estas expresiones”, subrayó. Detalló en particular un grupo de turistas extranjeros que se alojaban en su emprendimiento hotelero que “ya tenían agendada la actividad porque el año pasado habían entrado desde Bolivia, y pasaron justo para Domingo de Ramos por Tumbaya y les llamó la atención toda la procesión, y este año vinieron exclusivamente para eso”, aseguró.
El jujeño contempla la esencia y su tradición, haciéndolo apto para que el turista lo disfrute, pueda participar y ser protagonista.
Las expresiones de religiosidad y de fe de las comunidades, que cobran mayor preponderancia a lo largo de esta semana, tienen “un efecto atrapante”, reiteró.
Güizzo resaltó que la consolidación de la región como un atractivo turístico “es un llamado de atención para los actores del turismo, ya sea desde el sector público, como así también del privado”. Al tiempo que consideró que “debemos tener muy en cuenta al turismo religioso para ofrecerlo en la medida que se produce la demanda, y otra cosa, ofrecerlo teniendo en cuenta el respeto y que esto se preserve en el tiempo, sin modificar su esencia, sino brindarlo como producto turístico contemplando su esencia, haciéndolo apto para que el turista pueda participar”.