SALTA (Agencia). Honda conmoción causó en Salvador Mazza la noticia de que otro joven gendarme, oriundo de esa localidad fronteriza, apareció muerto en su puesto de trabajo. Estos casos se suman a otros ocurridos el año pasado y que fueron cerrados como suicidios.
El 22 de febrero pasado, en el Escuadrón 20 Orán, apareció muerto por un disparo Daniel Oscar Montellanos, de 21 años. El lunes pasado se conoció la noticia de que dos días después de ese hecho fue encontrado ahorcado Iván Silverio Ortega (23), en su puesto de guardia en la provincia de Mendoza.
En el primer caso, Gendarmería Nacional informó que Montellanos recibió un tiro en la boca con su arma reglamentaria y que todo indicaba que fue un suicido. En tanto la familia del joven aseguró que el impacto de bala fue en la frente y puso en duda que haya decidido quitarse la vida. Las mismas se incrementaron más aún por una situación dramática que había vivido el muchacho el 18 de febrero. Montellanos denunció que el día anterior había sido víctima de un secuestro cerca del cruce de la localidad de Pichanal, a donde concurrió para visitar a una amiga. Dijo que sufrió agresiones y presión psicológica. A la familia le llamó la atención que a pesar de esta situación Montellanos haya seguido prestando servicio normalmente. Descubrieron su cuerpo al mediodía y nadie escuchó el estampido de la pistola 9 milímetros.
El otro fatal episodio
En los primeros minutos del 24 de febrero apareció ahorcado Iván Ortega en el puesto de control fitosanitario que la Gendarmería custodia en Desaguadero, una localidad mendocina que limita con la provincia de San Luís. Sus compañeros lo hallaron colgado en la precaria casilla donde pernoctaba. El juez federal 1 de Mendoza , Walter Ricardo Bento, caratuló el hecho como "supuesta muerte dudosa".
"Hacía un mes y medio que mi hijo había egresado como gendarme y es imposible que haya decidido matarse", expresó a El Tribuno Ruth Elizabeth Ortega. Dijo que no viajó a Mendoza para interiorizarse de lo que pasó porque desde la Gendarmería le informaron que iban a enviar el cuerpo por vía aérea y que llegaría a Salvador Mazza. "Nos mintieron, porque recién llegó por tierra el viernes pasado", señaló la mujer. Además contó que tanto ella como su hija habían mantenido contactos con Iván, horas antes, a través de sus celulares. "Estaba contento después del esfuerzo que hizo para ingresar a la Gendarmería y por eso no me creo para nada la teoría del suicidio".
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SALTA (Agencia). Honda conmoción causó en Salvador Mazza la noticia de que otro joven gendarme, oriundo de esa localidad fronteriza, apareció muerto en su puesto de trabajo. Estos casos se suman a otros ocurridos el año pasado y que fueron cerrados como suicidios.
El 22 de febrero pasado, en el Escuadrón 20 Orán, apareció muerto por un disparo Daniel Oscar Montellanos, de 21 años. El lunes pasado se conoció la noticia de que dos días después de ese hecho fue encontrado ahorcado Iván Silverio Ortega (23), en su puesto de guardia en la provincia de Mendoza.
En el primer caso, Gendarmería Nacional informó que Montellanos recibió un tiro en la boca con su arma reglamentaria y que todo indicaba que fue un suicido. En tanto la familia del joven aseguró que el impacto de bala fue en la frente y puso en duda que haya decidido quitarse la vida. Las mismas se incrementaron más aún por una situación dramática que había vivido el muchacho el 18 de febrero. Montellanos denunció que el día anterior había sido víctima de un secuestro cerca del cruce de la localidad de Pichanal, a donde concurrió para visitar a una amiga. Dijo que sufrió agresiones y presión psicológica. A la familia le llamó la atención que a pesar de esta situación Montellanos haya seguido prestando servicio normalmente. Descubrieron su cuerpo al mediodía y nadie escuchó el estampido de la pistola 9 milímetros.
El otro fatal episodio
En los primeros minutos del 24 de febrero apareció ahorcado Iván Ortega en el puesto de control fitosanitario que la Gendarmería custodia en Desaguadero, una localidad mendocina que limita con la provincia de San Luís. Sus compañeros lo hallaron colgado en la precaria casilla donde pernoctaba. El juez federal 1 de Mendoza , Walter Ricardo Bento, caratuló el hecho como "supuesta muerte dudosa".
"Hacía un mes y medio que mi hijo había egresado como gendarme y es imposible que haya decidido matarse", expresó a El Tribuno Ruth Elizabeth Ortega. Dijo que no viajó a Mendoza para interiorizarse de lo que pasó porque desde la Gendarmería le informaron que iban a enviar el cuerpo por vía aérea y que llegaría a Salvador Mazza. "Nos mintieron, porque recién llegó por tierra el viernes pasado", señaló la mujer. Además contó que tanto ella como su hija habían mantenido contactos con Iván, horas antes, a través de sus celulares. "Estaba contento después del esfuerzo que hizo para ingresar a la Gendarmería y por eso no me creo para nada la teoría del suicidio".