Lo hizo a través de una resolución publicada ayer en el
Boletín Oficial, que abarca a alimentos, bebidas, perfumería, aseo, cuidado personal y limpieza doméstica que se comercialicen en el país.
En consecuencia, todos los rótulos y etiquetas de esos productos deberán someterse obligatoriamente a un proceso de fiscalización ante la
Dirección de Lealtad Comercial, antes de ser comercializados. De acuerdo con lo dispuesto, esa Dirección analizará la información recabada y la muestra del rótulo o etiqueta del producto y verificará el cumplimiento de la normativa vigente.
El objetivo es "evitar que la información contenida en el mismo pueda llevar a error, engaño o confusión en el consumidor acerca de las cualidades, composición, materias primas y aditivos, unidad de medida o cantidad, precio y eventuales recaudos o efectos adversos".
Comercio justificó esta medida al señalar que "resulta esencial para la decisión del consumidor emparentada con hábitos alimenticios, eventuales contraindicaciones o prohibiciones médicas particulares", o bien, "preferencias en el consumo basadas en posibles efectos beneficiosos para la salud". Con este sistema, el Poder Ejecutivo pretende evitar que en los rótulos y etiquetas existan "vacíos informativos" o "se incluyan mensajes con expresiones ambiguas".
Lo hizo a través de una resolución publicada ayer en el
Boletín Oficial, que abarca a alimentos, bebidas, perfumería, aseo, cuidado personal y limpieza doméstica que se comercialicen en el país.
En consecuencia, todos los rótulos y etiquetas de esos productos deberán someterse obligatoriamente a un proceso de fiscalización ante la
Dirección de Lealtad Comercial, antes de ser comercializados. De acuerdo con lo dispuesto, esa Dirección analizará la información recabada y la muestra del rótulo o etiqueta del producto y verificará el cumplimiento de la normativa vigente.
El objetivo es "evitar que la información contenida en el mismo pueda llevar a error, engaño o confusión en el consumidor acerca de las cualidades, composición, materias primas y aditivos, unidad de medida o cantidad, precio y eventuales recaudos o efectos adversos".
Comercio justificó esta medida al señalar que "resulta esencial para la decisión del consumidor emparentada con hábitos alimenticios, eventuales contraindicaciones o prohibiciones médicas particulares", o bien, "preferencias en el consumo basadas en posibles efectos beneficiosos para la salud". Con este sistema, el Poder Ejecutivo pretende evitar que en los rótulos y etiquetas existan "vacíos informativos" o "se incluyan mensajes con expresiones ambiguas".