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Marcha por la desaparición de 43 estudiantes

Viernes, 03 de octubre de 2014 00:00
Miles de estudiantes y maestros del estado mexicano de Guerrero se unieron este jueves a la conmemoración de la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968 para exigir la localización de los 43 universitarios desaparecidos tras la represión policial de una marcha hecha el pasado fin de semana.

"¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!", decían las pancartas de familiares y allegados de los estudiantes desaparecidos, que encabezaron la manifestación que inundó las calles de Chilpancingo, capital de Guerrero, y que más tarde bloqueó la autopista que lleva al turístico puerto de Acapulco, en el océano Pacífico.

Iguala, una localidad del norte de Guerrero, vivió un violento fin de semana con ataques armados contra civiles por parte de policías municipales y miembros del crimen organizado, que dejaron seis muertos, 25 heridos y 22 detenidos por su posible participación en los homicidios y connivencia con criminales.

Desde entonces, 57 estudiantes de Magisterio se encontraban desaparecidos, aunque 14 fueron luego encontrados. Todavía resta conocer el paradero de otros 43. Sus familiares temen que estén secuestrados por criminales y piensan que su vida corre peligro, mientras que las autoridades estiman que, en realidad, podrían estar escondidos por miedo, como hicieron los otros estudiantes que presenciaron los tiroteos.

"Estamos hartos de la delincuencia y la corrupción en este estado", dijo en la protesta Manuel Martínez, cuyo sobrino de 18 años se encuentra entre los desaparecidos. "Marchamos para que el Gobierno vea que estamos unidos y que salen los camaradas de los desaparecidos", dijo por su parte Ricardo Salgado, un normalista de 23 años que marchaba entre sus numerosos colegas.

Guerrero, uno de los estados más pobres de México, es tierra de cultivo de amapola y marihuana, y su territorio es clave en las rutas del narcotráfico hacia Estados Unidos. Los cárteles que ahí operan han infiltrado numerosas instituciones, entre ellas cuerpos de policías municipales.

En paralelo, México conmemora el 46º aniversario de una matanza perpetrada en la plaza capitalina de Tlatelolco, donde el ejército reprimió brutalmente una manifestación estudiantil. El saldo oficial de la represión fue de 40 muertos, aunque organizaciones civiles han denunciado que esa cifra pudo llegar a 300.

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Miles de estudiantes y maestros del estado mexicano de Guerrero se unieron este jueves a la conmemoración de la masacre estudiantil del 2 de octubre de 1968 para exigir la localización de los 43 universitarios desaparecidos tras la represión policial de una marcha hecha el pasado fin de semana.

"¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!", decían las pancartas de familiares y allegados de los estudiantes desaparecidos, que encabezaron la manifestación que inundó las calles de Chilpancingo, capital de Guerrero, y que más tarde bloqueó la autopista que lleva al turístico puerto de Acapulco, en el océano Pacífico.

Iguala, una localidad del norte de Guerrero, vivió un violento fin de semana con ataques armados contra civiles por parte de policías municipales y miembros del crimen organizado, que dejaron seis muertos, 25 heridos y 22 detenidos por su posible participación en los homicidios y connivencia con criminales.

Desde entonces, 57 estudiantes de Magisterio se encontraban desaparecidos, aunque 14 fueron luego encontrados. Todavía resta conocer el paradero de otros 43. Sus familiares temen que estén secuestrados por criminales y piensan que su vida corre peligro, mientras que las autoridades estiman que, en realidad, podrían estar escondidos por miedo, como hicieron los otros estudiantes que presenciaron los tiroteos.

"Estamos hartos de la delincuencia y la corrupción en este estado", dijo en la protesta Manuel Martínez, cuyo sobrino de 18 años se encuentra entre los desaparecidos. "Marchamos para que el Gobierno vea que estamos unidos y que salen los camaradas de los desaparecidos", dijo por su parte Ricardo Salgado, un normalista de 23 años que marchaba entre sus numerosos colegas.

Guerrero, uno de los estados más pobres de México, es tierra de cultivo de amapola y marihuana, y su territorio es clave en las rutas del narcotráfico hacia Estados Unidos. Los cárteles que ahí operan han infiltrado numerosas instituciones, entre ellas cuerpos de policías municipales.

En paralelo, México conmemora el 46º aniversario de una matanza perpetrada en la plaza capitalina de Tlatelolco, donde el ejército reprimió brutalmente una manifestación estudiantil. El saldo oficial de la represión fue de 40 muertos, aunque organizaciones civiles han denunciado que esa cifra pudo llegar a 300.