Un grupo de jujeños denuncian trata de personas al haber sido engañados y llevados a la provincia de Entre Ríos para trabajar en la cosecha de arándanos. Un grupo de cinco trabajadores se acercó hasta El Tribuno de Jujuy y relató la peripecias que tuvieron que pasar durante su estadía en Entre Ríos.
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Un grupo de jujeños denuncian trata de personas al haber sido engañados y llevados a la provincia de Entre Ríos para trabajar en la cosecha de arándanos. Un grupo de cinco trabajadores se acercó hasta El Tribuno de Jujuy y relató la peripecias que tuvieron que pasar durante su estadía en Entre Ríos.
Durante una semana, alrededor de 180 personas vivieron una "pesadilla" en la finca que les prometió reconocer porcentaje del pasaje hasta esa provincia, alojamiento, las cuatro comidas del día, y trabajo registrado.
El pasado sábado 4 viajaron a la localidad de Calabacilla, luego de que los interesados mantuvieron dos reuniones con un hombre llamado Simón Arjona, donde les detallaba el tipo de trabajo que realizarían y convenciéndolos de una cosecha fructífera. Habrían acordaron un pago de trece pesos por bandeja recolectada, creyendo que por día harían alrededor de 30 bandejas, pero en realidad obtuvieron mucho menos que eso.
Allí se dieron con un panorama contrario al que les habían prometido, vivieron en condiciones precarias el tiempo que estuvieron en Entre Rios. Divididos en pequeñas casas, compartían habitaciones y camas con varias personas de esta provincia, de Salta, Buenos Aires y otros lugares, algunos dormían en el piso por la falta de espacio, compartían un baño improvisado entre 100 personas, y el almuerzo que recibían llegaba podrido. Se reunían para cocinar a leña por la falta de gas natural. La mayoría lograba pasar el día tomando mate o alimentándose de la misma cosecha.
Luego de un par de días, hombres y mujeres intentaron radicar la denuncia y se comunicaron con la policía del lugar, y el Ministerio de Trabajo de esa provincia sin recibir una solución concreta.
Finalmente tras un acuerdo de palabra, Marcelo Gutiérrez, el hombre que se encontraba a cargo de la finca en ese momento, acordó con los trabajadores un pago mínimo por el trabajo que habían realizado durante los días que estuvieron allí y el pasaje de vuelta. Al notar que no recibían respuestas, el grupo de personas decidió comunicarse con personal de Afip y Renatea.
El Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios tomó la denuncia y descubrió las condiciones en las que vivían, representados por un abogado de esa cartera pudieron retornar a la provincia este fin de semana y continuar con la denuncia que hoy le realizan a esa finca, caratulando su caso como "trata de personas".
Solo algunos del grupo de 180 jujeños decidieron volver y continuar con los aspectos legales para que no vuelva a suceder lo mismo con otros. De acuerdo a las declaraciones de estas cinco personas, el grupo de finqueros realiza la convocatoria de personas a través de avisos clasificados y una cuenta que tiene en Facebook, con la promesa que anhela cualquier trabajador, una buena paga, obra social y jubilación, pero cuando están en el lugar las cosas son muy diferentes.
Los jóvenes trabajadores comentaron que algunos integrantes del grupo decidió quedarse por esa zona, en otras fincas, ante nuevas ilusiones de un trabajo digno.