Porque los niños poseen una energía inagotable y siempre necesitan del amor y del alimento para crecer dignamente, es que nació este espacio de contención destinado a cien pequeños y sus familias que precisan de ayuda.
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Porque los niños poseen una energía inagotable y siempre necesitan del amor y del alimento para crecer dignamente, es que nació este espacio de contención destinado a cien pequeños y sus familias que precisan de ayuda.
Desde hace siete años, en la manzana Ap 14 - lote 23, del barrio Tupac Amaru, el trabajo se hace presente con respeto, gracias a un grupo de voluntarios que prepara con esmero, la merienda y el almuerzo en pos de colaborar con las personas de escasos o nulos recursos. "Empezamos con merienda y, al año siguiente, comenzamos con el comedor, y también tenemos el taller de panadería y repostería al que asisten diez mamás", expresó Virginia Álvarez, encargada de coordinar cada detalle.
Es así que en la actualidad, el Centro de Atención Familiar -CAF- "Dulce Travesura" tiene el orgullo de ofrecer esta asistencia, perpetuándose en acción noble que surgió del pensamiento comunitario que inicialmente era un día a la semana.
"Con algunos vecinos empezamos a hacerlo pero con el tiempo, se desarmó", comentó Álvarez que ante la realidad que observaba, emprendió el camino desde cero con otro grupo de madres. Fue así que presentó notas en los organismos estatales correspondientes y logró que el CAF pudiera recibir insumos. Y mediante redes sociales expusieron su labor para dar a conocer al mundo esta iniciativa propia que se gestó y -se sostiene- desde las ganas de trabajar y el hacer por el prójimo.
La pobreza fue lo que movilizó el corazón de esta jujeña, ya que era notable en el sector barrial, por la escasez de servicios, sumado a que los niños se habían acostumbrado a retirar su merienda, por lo que se acrecentó el entusiasmo para consolidar la actividad.
En la memoria de Álvarez, la merienda que inició todo fue un chocolate con bollos caseros. Un sabor que hizo historia, porque marcó la etapa de colaboración entre los vecinos. Desde el primer momento la respuesta de los niños fue más que positiva porque valoraron el esfuerzo que, en conjunto, logran compartir.
"Agradezco mucho al equipo de trabajo que tengo porque podemos realizar Día de Reyes, Día de la Madre y el aniversario del CAF", comentó que siente una satisfacción inmensa al cumplir con esta misión que tanto bien le hace al alma.
La tarea comunitaria se complementa de voluntarios que realizan distintas preparaciones como arroz con leche, chocolate, postres de frutilla y chocolate, mate con leche, buñuelos y tortillas fritas y a la brasa. Mientras que cuando se trata de los días de almuerzo, proponen menús que contienen guisos, fideos con salsa, salpicón y picante de pollo, entre otros platos. "Cuando recibimos donaciones de pastas, preparamos ravioles o sorrentinos", indicó Álvarez que martes y viernes reparte merienda y miércoles y viernes, propone abre el comedor comunitario, donde los padres también realizan su aporte.
Las preparaciones del alimento se inician a las 8 para que a las 12.30, esté listo el almuerzo y en lo que respecta a la merienda, las labores se efectúan a partir de las 15, para que a las 16.30 esté preparado el servicio completo. El CAF "Dulce Travesura" festeja fechas especiales y, por supuesto, su aniversario cada 26 de mayo. "Buscamos la manera, empezamos presentando notas para solicitar donaciones y hacemos venta de empanadas para poder comprar lo que nos pueda faltar", explicó. Así es como esta tarea halaga a las familias que lo respaldan desde el hacer diario. Y la suma de sus voluntades permanece fiel a la convicción de ayudar porque siempre está latente, muy a pesar de las adversidades que puedan aparecer.