Desde la fundación "Aquí Estoy", la tarea es constante cada año. Y en este dos mil veinticuatro muchas son las expectativas que se renuevan para iniciar las actividades con todo.
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Desde la fundación "Aquí Estoy", la tarea es constante cada año. Y en este dos mil veinticuatro muchas son las expectativas que se renuevan para iniciar las actividades con todo.
Las personas con discapacidad tienen historias de vida inolvidables que formaron -y forman- parte de esta institución que las abraza con cariño, revalorizándolas por sus ganas de vivir y entusiasmo por superar las dificultades.
En el día a día, se brindan en alegría desde su inocencia más pura. Junto a ellos siempre incondicionales se encuentran sus padres que son personas / apoyos fundamentales para su evolución y quienes luchan a la para través de muchas acciones que se proponen para ayudar y colaborar con estos ejemplos de superación y vitalidad.
Dedicada a fortalecer vínculos y seguridad en los jóvenes con capacidades especiales, la fundación "Aquí Estoy" les busca una mejor calidad de vida, siendo un gran libro abierto con páginas llenas de inspiradoras experiencias.
Este año la fe y la esperanza por mejorar la situación de cada uno de ellos, se refuerza con la idea de crecer a través del amor de una gran familia que motiva a otras a seguir, unidas para salir adelante en cualquier circunstancia.
El equipo de trabajo de la institución se encuentra preparando el programa de actividades para este nuevo ciclo que tendrá sorpresas a fin de organizar "la vuelta al ruedo" con la mejor energía destinada a jóvenes y adultos con discapacidad.
Con el propósito de crear desde el trabajo sin descanso un mundo con igualdad para todos, los integrantes de la fundación "Aquí Estoy" están convencidos que se deben abordar tareas para la no vulneración de sus derechos con propuestas acordes a su situación.
Desde hace años, los talleres recreativos y de expresión corporal formar parte de la oferta para que tanto la persona con discapacidad y su familia, encuentren un camino más allanado, de no tanta burocracia para acceder todo lo que -por derecho- les corresponden.
Por ello, recientemente compartieron juntos talleres de arte-terapia y pileta para los chicos; y también la actividad especial para los padres, por la apertura y contención que en todo momento demuestran.
El agradecimiento desde la institución es para Silvia López, encargada de enseñar lengua de señas; Analía Cruz, por las clases de folclore; Elizabeth Rivitch, a través de la danza árabe; Soledad Morales, con pintacaritas; Soledad Bocaripe, a todo ritmo con zumba; y a Claudia Choque por su gran colaboración.