"Los desafíos que afrontan las mujeres en la gestión ambiental te diría que son los mismos que afrontan las mujeres en todos los ámbitos laborales y en todos los ámbitos de gestión", expresó María Inés Zigarán al ser consultada sobre los desafíos con los que se enfrenta en el sector donde se desarrolla profesionalmente. Luego sostuvo que el famoso techo de cristal todavía sigue siendo un objetivo que "tenemos en el movimiento de mujeres en relación con la posibilidad de avanzar más rápido en las carreras profesionales, en las carreras laborales, inclusive en las carreras políticas para el acceso a los lugares de mayor decisión. Todavía sigue habiendo trabas culturales, las mujeres tienen que probar todo el tiempo que pueden hacerlo, que están capacitadas, tienen como una responsabilidad implícita de tener que estar validando constantemente sus capacidades y los resultados que tienen en su trabajo".
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"Los desafíos que afrontan las mujeres en la gestión ambiental te diría que son los mismos que afrontan las mujeres en todos los ámbitos laborales y en todos los ámbitos de gestión", expresó María Inés Zigarán al ser consultada sobre los desafíos con los que se enfrenta en el sector donde se desarrolla profesionalmente. Luego sostuvo que el famoso techo de cristal todavía sigue siendo un objetivo que "tenemos en el movimiento de mujeres en relación con la posibilidad de avanzar más rápido en las carreras profesionales, en las carreras laborales, inclusive en las carreras políticas para el acceso a los lugares de mayor decisión. Todavía sigue habiendo trabas culturales, las mujeres tienen que probar todo el tiempo que pueden hacerlo, que están capacitadas, tienen como una responsabilidad implícita de tener que estar validando constantemente sus capacidades y los resultados que tienen en su trabajo".
En relación específica con la gestión ambiental -Zigarán sostuvo- a mí me da la sensación de que hay una representación social, que reproduce un poco la división sexual que indica que las mujeres están capacitadas o habilitadas para determinados espacios y los varones para otro y se les ha asignado históricamente a las mujeres el rol de cuidadoras, de tener que ser las responsables exclusivas del ámbito doméstico, del cuidado de los niños, de la crianza, de la educación, del cuidado de las personas adultas mayores, de nuestros ancianos, de los abuelos, de la familia y en esa reproducción, digamos de cerró el histórico de cuidado que se nos asigna a las mujeres, me da la sensación de que también hay una tendencia a asignarnos como ese rol de cuidado también del ambiente, de la tierra, de los recursos naturales, y corremos el riesgo de reproducir un estereotipo de que las mujeres tienen más responsabilidad que los varones respecto del cuidado de la tierra y del cuidado de los bienes naturales, de los servicios ecosistémicos.
Es necesaria la incorporación de la perspectiva de género en la gestión ambiental porque también es necesario ver cómo las mujeres y los varones y las diversidades se vinculan con esos recursos naturales.
Desde el Ministerio de Ambiente, por una parte, el trabajo con las recuperadoras de los basurales a cielo abierto desde el proyecto Girsu y desde el equipo del proyecto se trabajó mucho con la perspectiva de género, porque teníamos muchas mujeres que estaban en basurales a cielo abierto como el del Pongo.
Hemos trabajado para abordar problemáticas que son comunes a todas las mujeres como cuestiones de violencia de género, acceso a la educación para que puedan terminar su secundaria, para que puedan acceder a servicios básicos, servicios sociales como la Asignación Universal por Hijo.
Girsu tiene un como un gran componente social, que es la recuperación de los medios de vida y la restitución de derechos a las poblaciones asociadas a los basurales, entre ellas las mujeres, y la perspectiva de género como una herramienta para trabajar con ellas y poder resolver sus problemáticas y ayudarlas a encontrar la independencia económica.
Otro de los proyectos que hemos trabajado con perspectiva de género es el de certificación, que es un proyecto de manejo sostenible de tierra, allí se hicieron talleres de género para ver el vínculo que tienen las mujeres con el suelo y con los procesos que se dan en el suelo, de certificación, degradación, sequía, gestión del agua. Tratamos de incorporar la perspectiva de género en todas las políticas ambientales. Es un tema transversal a la política pública de ambiente el tema de derechos humanos y de géneros.
El proyecto Girsu hoy tiene tres infraestructuras en funcionamiento que ha permitido cerrar 22 basurales a cielo abierto, estas son el centro ambiental Jujuy que está en Palpalá, la planta de clasificación y transferencia de San Pedro y la planta de clasificación y transferencia de Libertador; en las próximas semanas estamos inaugurando la estación del punto de acopio de la ciudad de Volcán que va a permitir dar soluciones a todas las ciudades que forman parte de la quebrada baja, aseguró María Inés Zigarán.