Hay gestos nacidos del corazón que van contracorriente, labor que tal vez para algunos no corresponda, pero cuando se tiene verdadera vocación de servicio y amor por los niños con quienes se comparte gran parte de la vida, todo cambia. Y esta es la historia escrita en las páginas del libro de la vida por las docentes de la escuela N° 293 "Justo José de Urquiza", ubicada en el legendario lote Parapetí, de la localidad de La Esperanza, quienes unieron manos y voluntades para pintar las escuela y adornar las aulas para recibir a los niños en el presente ciclo lectivo que se inició en la jornada de ayer.
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Hay gestos nacidos del corazón que van contracorriente, labor que tal vez para algunos no corresponda, pero cuando se tiene verdadera vocación de servicio y amor por los niños con quienes se comparte gran parte de la vida, todo cambia. Y esta es la historia escrita en las páginas del libro de la vida por las docentes de la escuela N° 293 "Justo José de Urquiza", ubicada en el legendario lote Parapetí, de la localidad de La Esperanza, quienes unieron manos y voluntades para pintar las escuela y adornar las aulas para recibir a los niños en el presente ciclo lectivo que se inició en la jornada de ayer.
Entre inscripciones, planificaciones, entre otras tareas administrativas que realizaron al regresar de sus vacaciones, las docentes, con la anuencia de su directora Daniela Guanuco, tomaron la iniciativa de pintar las aulas, puertas, ventanas, sanitarios, y dejar en las paredes del patio frases y dibujos reflexivos. Fueron días de intensa labor, luchando con las inclemencias del tiempo, pero con la esperanza de poder culminar en tiempo y forma con el desafío en el que se habían embarcado.
De a poco, las aulas se fueron transformando en un espacio agradable, limpio, lleno de color, sumándose dibujos y carteles de bienvenida. Y todo estuvo listo para que ayer, los niños llegaran y encontraran un lugar agradable. Sólo un maestro, aquel que prepara a todo ser humano para la vida, puede sentir la necesidad de que sus alumnos aprendan en un lugar cálido y acogedor.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, la directora Daniela Guanuco ponderó el gesto de sus docentes, de los padres que se sumaron y del personal de servicio, "Cada inicio del ciclo escolar, trabajamos en equipo para brindarles a nuestros niños lo poco que podemos, pero siempre pensando en la comodidad y el bienestar de ellos. Nuestra escuela es centenaria, cumplió 107 años, cuesta mantener construcción antigua, pero siempre trabajamos para hacerlo de la mejor manera, con la colaboración de los docentes. Estoy orgullosa del plantel docente, son grandes colaboradores buscando ideas para innovar, para mejorar, pensando en los chicos", expresó la directora Daniela Guanuco.
Por su parte, las docentes dieron cuenta de que más allá de la difícil realidad que se vive en el país, es importante recibir a los chicos de esta forma, con un trabajo en equipo y con el acompañamiento de la directora y la colaboración de algunos papás que se acercaron.
"Nos sentimos felices y agradecidas por haber cumplido con este trabajo de cambiarles la cara a los grados. Los niños pasan ocho horas y queremos que se sientan bien. Como docentes, sabemos que nuestros niños merecen lo mejor. Les deseamos un feliz y exitoso ciclo lectivo", dijeron.