La imparable inflación hizo que en lo que va del año continúe bajando la venta y el consumo de carne vacuna. En Jujuy el panorama es más marcado debido a que se advierten incrementos constantes agravados por los costos de fletes, que en algunas carnicerías generaron entre 30 y 50% de caída de la demanda. Con precios que van de 6 a 10 mil pesos el kilo, muchos comenzaron a inclinarse por las achuras.
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La imparable inflación hizo que en lo que va del año continúe bajando la venta y el consumo de carne vacuna. En Jujuy el panorama es más marcado debido a que se advierten incrementos constantes agravados por los costos de fletes, que en algunas carnicerías generaron entre 30 y 50% de caída de la demanda. Con precios que van de 6 a 10 mil pesos el kilo, muchos comenzaron a inclinarse por las achuras.
La novedad inunda los medios nacionales, por lo que en un breve relevamiento de El Tribuno de Jujuy se pudo corroborar que la tendencia al bajo consumo se agudiza en esta ciudad, algo que se adjudica a los altos precios, engrosados por los costos de fletes.
Según el informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de Argentina (Ciccra), el consumo de la carne vacuna cayó 9,3% interanual, y hasta febrero pasado llegaba al equivalente a 44,6 kilos, por debajo de los 49,2 kilos de igual mes de 2023. Según el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva), de acuerdo al mercado ganadero de Rosario (Rosgan), en las tres principales carnes se pasó de 111 a 113 kilos por habitante, que se explica a partir del aumento en los cortes vacunos, mientras el pollo y cerdo fueron estables.
"Ahora la gente busca lo más económico y lleva menos. Por ejemplo antes una familia de tres a cuatro personas te llevaba tres kilos de asado, ahora te lleva un kilo y medio", explicó al respecto el propietario de una carnicería del mercado Central "6 de Agosto", Reynaldo Chávez.
Planteó que la gente busca lo más económico, paleta a 7.600 pesos, para milanesa o para moler para distintos menús, mientras el asado está $8.200 (palomita, matambre, corte americano). Dijo que también se venden achuras, como panza, que actualmente está a $3.000, pero les anunciaron que subirá porque falta, lo que se atribuye a la mayor demanda.
Chávez confirmó que claramente son los precios los que generan el menor consumo, aclaró que se trata de carne de calidad que se trae del Sur, y explicó que es inevitable, porque los aumentos se vienen sucediendo desde el año pasado. Precisó que el 2023 terminó con un 60% de aumento y aunque posteriormente bajó un 30%, volvió a subir superando el porcentaje del año pasado, y recordó que la última suba fue de hace una semana del 20%.
"La venta ha caído casi un 50% y obviamente se debe al incremento de la carne. Hoy podemos decir que el precio de un blando de menor costo está a partir de los 6.000 pesos, obviamente en otros sectores de la ciudad sabemos que se puede conseguir a menor precio, pero el tipo de carne que traemos al centro es de primera calidad, no podemos competir", expresó Miguel Jerez, de otra carnicería del mercado. Coincidió que al traer de Buenos Aires o de Córdoba, el precio está sujeto a los fletes que encarecen el producto.
Por ello allí los precios fluctúan según el tipo de corte. El sobaco está a 6.000 pesos, blando especial (paleta) a 7.000, otros a 8.000, y el asado a 7.800 pesos.
Explicó que, además, la baja demanda vino de la mano de la inclinación por otras alternativas, como el caso de las achuras y el puchero común que ahora se comercializa, mientras que antes se descarnaba para descartar los huesos. "Los jubilados son los más golpeados, a veces piden 600 u 800 pesos, y uno ve que el poder adquisitivo de ellos no les da para poder llegar ni a un cuarto kilo, que sería lo razonable", precisó.
Otra propietaria de una carnicería céntrica de calle Belgrano, María Álvarez, expresó que perciben que la demanda bajó considerablemente, que estimó ronda el 30%. Expresó que si bien el dólar baja, el precio no va en la misma dirección y cada semana se registran incrementos, siendo esta la única semana que no subió pero el último fue del 20%. "Es entendible porque traen de Buenos Aires, el flete nunca va a bajar porque la nafta sigue subiendo", afirmó, y aseguró que a eso se suma que los impuestos suben y se agregó uno municipal para infraestructura vial.
Los precios son variados. En el área de carnicería de un supermercado local el kilo de tortuguita está 6.499 pesos, bola de lomo, cuadrada o paleta a $7.899, colita de cuadril y picana $4.899; filet y peceto a $7.899, osobuco $4.400, costeleta $7.999, aguja parrillera $5.999, vacío $9.399, tapa de asado $8.199, y chorizos a $4.266.
Cordero, llama y cerdo
Con la reducción en el consumo de la carne vacuna, se opta por achuras, el hígado y el mondongo son opciones. Un local del mercado Central confirmó la tendencia. “Por el precio de la carne hay un poquito más de consumo de las achuras que de la carne. El hígado tiene más demanda”, explicó Eduardo Ocampo, propietario del mismo.
El kilo de hígado está a 2.700 pesos, que ya tuvo también una suba por la demanda. Por otro lado, puntualizó que ahora la venta de mondongo es todo el año, mientras antes se centralizaba en el invierno, cuyo kilo precocido está a 3.500 pesos, el crudo a $3.000, y las milanesas a $3.700, aunque también hay milanesas de entraña, patas cocidas a 2.500 pesos y la cruda a 1.800 pesos. Otras opciones que se venden bien son el hígado y el fin de semana para la parrillada, el corazón, riñón, chinchulín, entrañas y mollejas.
En tanto, el cordero y la llama también se erigen como alternativas a la carne vacuna, a 5.200 y 4.800 pesos el kilo respectivamente, siendo esta última carne la de mayor demanda, según explicó Matías Laureano. Por otro lado, otro puesto de carne de cerdo del mercado ofertaba pierna y paleta a 3.700 pesos el kilo, costeleta y costilla 4.800, cabeza 1.200, y tocino $950.