¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

12°
3 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

De la máquina fotográfica de placa a la digital sin escalas

María Teresa y Robustiano una historia de vida vista a través de las lentes de las cámaras, que se inició en La Quiaca.
Viernes, 26 de enero de 2024 01:02

Sintetizar en solo una palabra la pasión de dos almas gemelas, es simplemente decir y pensar en el más sublime de los sentimientos, el amor.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Sintetizar en solo una palabra la pasión de dos almas gemelas, es simplemente decir y pensar en el más sublime de los sentimientos, el amor.

Una historia que se inició en La Quiaca cuando un sampedreño llegó a esa ciudad de la mano del destino para trabajar en albañilería justo en el hotel que trabajaba una joven y hermosa yaveña y el flechazo fue instantáneo, a tal punto que cumplieron con el sagrado precepto cristiano "hasta que la muerte los separe".

Robustiano Durán llegó a la ciudad fronteriza allá por los 50 y juntos con sus sueños llevaba bajo el brazo los libros de un curso de fotografía dictado por la famosa Academia Pitman sin siquiera imaginar que su vida daría un importante giro al encontrar a María Teresa Cueto. Juntos a partir de ese momento iniciaron un largo camino teniendo su punto de partida en una habitación de la casa de la mamá de María Teresa hasta que en el año 1.953 abrieron un gran negocio de fotografía en la calle 25 de Mayo pleno centro de una ciudad que crecía aceleradamente.

ROBUSTIANO DURÁN | UN EMBLEMA DE LA FOTOGRAFÍA JUJEÑA

Junto con las metas llegaron cinco niñas, Lucía Elena, Ana Irma, María Alberta, Mirtha Elizabeth y Teresa del Carmen, quienes se constituyeron en el motor necesario para que la familia se traslade a San Salvador de Jujuy y "pusiera" en Alvear 480 un local que se constituiría en todo un emblema, donde los jujeños concurrían en busca de una "foto carné" o solicitaban su presencia para "cubrir" y plasmar "para siempre" recuerdos imborrables de algún evento sentido como un bautismo, cumpleaños o casamiento.

Robustiano Durán y María Teresa Cueto fueron un faro resplandeciente de una profesión que iniciaron juntos. Ella en lo social, con la cámara al cuello, y él, en el laboratorio, cada uno cumpliendo una misión única e irrepetible.

MARÍA TERESA Y ROBUSTIANO | INMORTALIZADOS EN FOTOS QUE ACOMPAÑAN PARTE DE LA COLECCIÓN DE MÁQUINAS.

En la década del 60 en La Quiaca Durán recibía libros de fotografía provenientes de Alemania o Norteamérica y el idioma jamás se constituyó en un impedimento para que él estudiara técnicas, nuevos accesorios o de nuevas máquinas, yendo de la máquina de plaza de 18 x 36 -tamaño del negativo o de la 6 x 6 hasta la réflex y de ahí a la digital pero siempre estudiando, capacitándose y ayudando siempre al prójimo. Basta preguntarse cuántos jóvenes descubrieron su vocación después de pasar por el estudio de los Durán.

La fotografía fue para Robustiano y María Teresa la sangre misma que corría por sus venas. Robustiano siendo un visionario y gran precursor de lo que hoy se conoce como photoshop ya que sabía cómo hacer para retocar un negativo o una foto para posibilitar que el retratado se viera mejor, a gusto y como surgieron de la foto blanco y negro. María Teresa toda una artista coloreando las fotos.

JUNTO A LA PRIMERA MÁQUINA DE PLACA | MARÍA TERESA CUETO.

Robustiano como presidente y María Teresa siempre a su lado crearon y conformaron la Asociación de Fotógrafos de Jujuy con la finalidad de crear un espacio propio, una organización de defensa del trabajo y una obra social que les brindara contención.

Fue el 20 de septiembre de 2000 cuando Robustiano tomó una de sus máquinas y emprendió una larga gira que seguramente lo tendrá fotografiando ángeles, algún paraíso desconocido buscando el mejor ángulo, la mejor iluminación.

María Teresa con sus primaverales 92 años vive rodeada del amor de sus hijas, sus 12 nietos y 9 bisnietos y hasta no mucho tiempo con su máquina al cuello disfrutaba de viajes junto a los jubilados que se vio coronado cuando la eligieron su reina.