Gimnasia se volvió de Santiago del Estero masticando bronca. No por el resultado en sí, sabiendo que sumar de visitante siempre es positivo. El 1 a 1 con Atlético Güemes dejó un gusto amargo en boca de los "lobos", ya que el árbitro Gastón Monsón Brizuela influyó en el resultado final.
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Gimnasia se volvió de Santiago del Estero masticando bronca. No por el resultado en sí, sabiendo que sumar de visitante siempre es positivo. El 1 a 1 con Atlético Güemes dejó un gusto amargo en boca de los "lobos", ya que el árbitro Gastón Monsón Brizuela influyó en el resultado final.
El equipo de Matías Módolo estaba ganando, sin jugar bien, con un golazo de emboquillada de Luis Miguel Rodríguez, quien picó la pelota y la puso en el ángulo. Corría el minuto 16 del segundo tiempo.
Ciento veinte segundos después que el "gaucho" sacara del medio, Palavecino se iba solo al gol y Escudero lo derribó en su campo. Era para tarjeta roja porque se trataba del último hombre y también la violencia de la acción lo merituaba, pero no. Monsón Brizuela sólo amonestó al central.
No fue el único error grosero del "hombre de negro" porque luego le mostró la tarjeta amarilla al "Pulga" por una infracción intrascendente en mitad de cancha, y cuando sí el delantero saltó con el brazo en alto y golpeó a Vega, recibió el segundo acrílico que implicó irse a las duchas antes de tiempo.
En la acción siguiente, Cosaro falló en el cierre y por el medio ingresó Brylko para anotar el uno a uno.
Posteriormente, Gimnasia aguantó la igualdad, pero la sensación generalizada fue que se volvió a Jujuy solo con un punto porque el referí se equivocó en dos acciones determinantes.
Ya está.
El domingo se viene el clásico con Gimnasia y Tiro en Salta, donde además de no tener al "Pulga" Rodríguez deberá mejorar para lograr un resultado positivo en un partido clave para los hinchas.